miércoles, 12 de enero de 2011

"LAVANGELIO.."





Captura web Pasión en Sevilla

Captura web Pasión en Sevilla; detalle del referido comentario

Cada vez que escucho a alguien usar esta expresión, sea en serio o a modo de mofa, viene a mi mente la figura de Pura, una entrañable limpiadora que pululaba por casa de mis tíos abuelos, Pepe, Rafi, Dolores y Pepa, y posteriormente también de mi abuela Gracia. Aquella señora contraecha, ni alta ni baja, con su moño, sus pocos dientes, su poquito de cojera, era todo bondad. Mal hablaba el castellano pero jamás la vi tener un mal gesto con nadie.

Tenía mi tía Pepa un cuadro de grandes dimensiones de un muchacho, con camiseta, vaqueros y el pelo largo, que Carlitos, su ahijado, le había regalado. El cuadro no era otra cosa que un estudio sobre una figura humana que él había realizado en sus clases en la Facultad de Bellas Artes. Por cuestiones que no logramos comprender, la buena de Pura debió de pensar, en sus cortas luces, que aquel cuadro representaba a algún "santo", al que rezaba y ante el que se santiguaba cada vez que pasaba por la estrecha entrada de aquel emblemático piso de Segura 7, donde se apiñan buena parte de mis recuerdos de infancia. Tal devoción le tomó a aquel "santo" que mi tía Pepa lo terminó por "bautizar" como "San Gamberro", quizás por su iconografía muy próxima a la estética del "Vaquilla".

La buena de Pura, cuando escuchaba de boca de mis tíos alguna afirmación o certeza que a ella le parecía acertada soltaba, sin quizás darle mayor importancia: "lavangelio, ha dicho usted lavangelio".

Ayer visionando el portal cofrade Pasión en Sevilla me encontré con la noticia del estreno de unos nuevos querubines para la Hermandad del Polígono de San Pablo. No entro a valorar su estética ni su iconografía, porque se me verá el plumero, y ya saben los lectores lo que pienso de estas cosas. Pero de entre los muchos comentarios y chorradas vertidas por cofrades y pseudo-cofrades, hay uno que captó especialmente mi atención por su rotundidad, su certeza, su claridad expositiva y su conocimiento del tema que estaba tratando, muy alejado de las "soplapolleces" -con perdón- que la mayoría de las veces encuentra uno escrito en dicho medio, que me llevó a exclamar: "¡lavangelio!".

Les dejo con el referido texto, escrito bajo el pseudónimo de Capirotemán; al leerlo quizás entiendan el contenido de esta entrada:

escrito por Capirotemán , enero 11, 2011

"El problema es que ni los Serafines ni los Querubines, ni los Tronos, Dominaciones, Virtudes, Potestades, Principados, Arcángeles y Ángeles (es decir los nueve coros angélicos) están para "homenajear" a nadie más que a Santísima Trinidad y dar gloria al Hijo de Dios.

Los ángeles no "homenajean" ni a nazarenos ni a costaleros ni a monaguillos... sino que ayudan, actúan como mensajeros, iluminan.

Y además, los Querubines son nada menos que los segundos en perfección dentro de la primera jerarquía angélica (Serafines, Querubines y Tronos). Seguramente lo menos parecido a un niño meloso con chupete que nos podamos imaginar.

Querubín significa "plenitud de ciencia" y es dado a estos ángeles porque "beben las razones del plan providencial de Dios directamente de la fuente del divino saber".

Pero viendo a esos angelitos con alas multicolores lo único que parecen representar es al mundo de Walt Disney. Desde luego no a los espíritus puros querubínicos.

Sobra sentimentalismo barato y facilón rebozado con antropocentrismo cofradiero y falta profundidad."

(Fotos by Pasión en Sevilla)

2 comentarios:

  1. Basicamente viene a decir que hay que ser mamarrachos para hacer este tipo de cosas, hablando claro, jajajajaja

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  2. Yo no creo que sea tan simple su comentario. Da una explicación muy razonado de porqué determinadas iconografías no pueden permitirse. Antaño, existían comisiones diocesanas artísticas que impedían estos desmanes.

    Antes que eso esta el Tribunal de la Inquisición que tenía un encargado o experto en arte, el "Veedor de Arte" que controloba que no se produjesen desmanes artísticos.

    Y por supuesto, aunque los artistas del pasado fuesen aveces iletrados y no supiesen leer, recurrían a libros de grabados y estampas donde inspirarse para hacer sus composiciones.

    Hoy hay muchas iconografía de "todo a 100", se permiten representaciones ilógicas, arcaicas y faltas de devoción. Y lo que empieza siendo como un guiño o juego (ejemplo sayón con pendiente o tatuaje) termina convirtiéndose en un disparate.

    Protito Murillo, Valdés Leal o Pedro Roldán iban a poner a un angelito con atributos que no les corresponden

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