sábado, 15 de enero de 2011

AQUELLA PIEDAD DE PACO PALMA

El escultor Francisco Palma García culminado el proceso de policromía de su grupo de La Piedad. La imagen está tomada en el taller del artista, en la calle Cobertizo del Conde en 1928


Boceto original del grupo de La Piedad, obra de Francisco Palma García

Primer culto celebrado en honor del grupo de La Piedad en la Iglesia de la Merced, marzo de 1929
Primera estación de penitencia con el grupo de La Piedad, efectuada el Viernes Santo 29 de marzo de 1929. El trono, diseñado por el propio Palma, fue ejecutado por Francisco Silva

Actual grupo de La Piedad, obra de Francisco Palma Burgos, hijo del malogrado Francisco Palma García

Que el antequerano Francisco Palma García era un grandísimo escultor, muy por encima de su prole, -sus hijos Francisco, José María y Mario-, que también abrazaron el arte de la escultura, es una evidencia a todas luces innecesaria de justificar.

Aportó a la escultura y al ámbito artístico malagueño un soplo de aire fresco, con unas nuevas concepciones escultóricas que lamentablemente no tuvieron el eco y el desarrollo deseado, pese a la belleza compositiva de todas ellas que, no obstante, cautivó a la ciudad de Málaga. Y de entre todas ellas, la que más me impactó fue su conocido grupo de La Piedad que realizó en 1928 para la Cofradía que el cuerpo de Carteros de dicha ciudad había fundado.

Fue Palma, un hombre de profundas convicciones religiosas y gran amante del arte, en cualquiera de sus vertientes. Su taller, en la calle Cobertizo del Conde, estaba muy cerca de la Iglesia de la Merced, en donde la Hermandad de la Piedad tenía su sede, -y otras muchas-, y comenzaba a dar sus primeros pasos como corporación. Muy poco tiempo después, todo desaparece...
Según cuenta su propia familia, llegó a su casa tras ver como quemaban el antiguo Convento de Santo Domingo en aquella noche lamentable del 10 al 11 de mayo de 1931, con la impotencia de no poder hacer nada por el peligro de derrumbe del edificio; a los pocos minutos, apenas sin reponerse, le avisaban de que se quemaba también este misterio en una pira situada delante de la iglesia, en la propia plaza de la Merced.

Cuando los afectados Cofrades de La Piedad le transmitían esta noticia él afirmó que no importaba, que podría rehacer esa Piedad cien veces pero que lo que ya nadie podría devolverles era la imagen del Cristo de Mena que había perecido en el incendio intencionado del Convento de Santo Domingo, imagen ésta de la que solo se salvó una pierna y parte de una mano, gracias a la intervención del propio Palma García.

Lamentablemente el deseo de Paco Palma no se vería cumplido, al fallecer repentinamente en 1938, siendo su hijo Francisco el que realizaría la mencionada réplica a partir del boceto de su padre, la cual procesiona cada tarde del Viernes Santo. A este nuevo grupo escultórico Palma Burgos le incorporó el brazo original de la obra de su progenitor, Francisco Palma García, el cual se desprendió al ser golpeada la imagen con la escalera del atrio de la iglesia de la Merced, poco antes de perecer quemada en una pira.

-Agradezco a mis amigos Sergio Sánchez Sánchez y Javier González Torres los datos facilitados para realizar esta entrada-

(Fotos by Sergio Sánchez, Hermandad de la Piedad de Málaga, palmaburgos.blogspot.com y elpretorio.blogpot.com)

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