....PERO ME FALTAS TÚ, SEÑOR

Pasa con tu Basílica lo mismo que con el palio de mi Virgen de la Esperanza, soberbias obras ambas, a las que, en cuanto le restas el principal elemento integrador quedan inocuos, vacías, casi sin importancia.

Veías el palio de la Esperanza Macarena en el Ayuntamiento de Sevilla y parecía un chisme más. Ves ahora la vacía Basílica, sin la presencia de tu Gran Poder, y parece un frío panteón de cementerio, de familia adinerada venida a menos.

Está Sevilla triste y se le advierte en el alma. Las bolsas de los ojos le cuelgan en la cara porque le falta su referencia, su devoción, su Padre. Un mohín de melancolía recorre la plaza de San Lorenzo, y hasta los vencejos han callado su trinar.

Con la paciente impaciencia vamos contando los minutos, las horas, los días, en que Tú nos faltas, buscando volver a verte en tu altar, en tu casa. Y aunque la sensación de vacío es la misma de hace unos veranos, cuando los Cruz Solis vinieron a hacerte un chequeo, el aire que se respira no es el mismo. Se ha vuelto espeso y pesado, soñando con tu vuelta y esperando que todo haya quedado en un mal sueño.

Vuelve pronto Señor, Sevilla te necesita ahora más que nunca. Es lo que pasa cuando se pierde la Fe, que ya no queda nada. Y esa nada para muchos, es el Gran Poder.

(Foto by Diario de Sevilla)