LA CARRETA DE CERÁMICA DE CARMONA

Desde el pasado lunes ya cruza los caminos y sendas, en dirección a la aldea de Almonte para postrarse a los pies de la Virgen del Rocío, "la carreta más hermosa de cuantas transitan por las arenas, como solo el ingenio de Manolín Fernández la supo plasmar".

Éstas eran las palabras con las que mi padre, Rafael Ríos Rodríguez, se refería a la carreta de su querida Hermandad del Rocío de Carmona, su ciudad natal y la tierra a la que pertenecían mis abuelos.

Y es que, ante la falta de medios se agudizó el ingenio, y para no presentarse de manera "pobre" ante la Blanca Paloma, con un armón y una estructura provisional de madera pintada en blanco, se optó por decorarla en diferentes tonos de azul, imitando la cerámica sevillana, con motivos alusivos a María, como el anagrama o la corona imperial, y a Carmona, con la consabida estrella de ocho puntas tan característica de su escudo. Para remarcar ese sentido cerámico se adornó su techo con campanitas de cerámica blanca y azul, hechas en Cerámica Santa Ana. Solo la Virgen de Gracia, patrona de la ciudad, realizada en plata de ley, rompía la bicromía azul y blanca.

Tanto gustó a los hermanos aquella original decoración, tanto gustó a los peregrinos de otras hermandades y a la propia Hermandad Matriz, que el pueblo almonteño la rebautizó como "la carreta de cerámica". Así que, al hacer la carreta definitiva, se optó por mantener esta decoración tan original que la ha convertido en un referente, un distintivo y una seña de identidad entre las hermandades que acuden al Rocío.

Buen camino a los peregrinos de Carmona. ¡Qué la Blanca Paloma os colme de bendiciones y gracias!. Acordaros de los que nos quedamos en tierra y rezarle, de nuestra parte, una salve a la Virgen.

(Fotos by Arte Sacro)