Imagen de la Virgen de la Antigua, Siete Dolores y Compasión. Pedro Roldán (1650-55)
Hornacina que decora la fachada principal de la que fuese Capilla de la Antigua.
Palio de la Virgen del Valle, adquirido hacia 1804-05 por la Cofradía de la Coronación a la Cofradía de la Antigua
Hornacina que decora la fachada principal de la que fuese Capilla de la Antigua.
Detalle de la pintura de la Virgen de la Antigua, cortejada por el rey Felipe III y su hijo el infante D. Felipe
Palio de la Virgen del Valle, adquirido hacia 1804-05 por la Cofradía de la Coronación a la Cofradía de la Antigua
Fue una de las Dolorosas con más devoción de Sevilla. A su hermandad pertenecieron reyes, emperadores, príncipes, infantes, archiduques..... y toda la nobleza de Sevilla. Esta hermandad y cofradía era el resultado de la fusión de dos corporaciones pre-existentes. La una, titulada "Cofradía de Nuestra Señora de la Antigua" fue fundada hacia 1546. La otra, fundada hacia 1593 en el convento de Santo Domingo de Portaceli, extramuros de la ciudad, tenía por título "De los Siete Dolores y Compasión de Nuestra Señora".
Trasladada la segunda a la sede canónica de la primera, se unirían en fusión, surgiendo una única hermandad, que recibiría por título "Cofradía Real de los Siete Dolores y Compasión de Nuestra Señora de la Antigua", siendo ratificada esta fusión por el mismísimo monarca Felipe II, gran devoto de la Virgen de la Antigua, en 1597. Su fama y fortaleza era tan grande que en la reducción de cofradías de 1623 no experimentó variación alguna.
Tuvo capilla propia en el compás del Convento Casa-Grande de San Pablo El Real, de la Orden de Predicadores o dominicos de Sevilla, la cual estaba presidida por un retablo en cuya hornacina principal se veneraba a la Virgen de la Antigua, con sus siete cuchillos de plata, situándose ante ella ocho lámparas de plata. Se dice que en esta capilla tuvo inicio la devoción pública y rezo cantando del Santo Rosario y que, tras ser derribada la parroquia de la Magdalena por los franceses, acogió a la institución parroquial antes de que ésta fuese trasladada al cercano templo conventual.
Daba culto a dos imágenes, un Nazareno abrazo a la Cruz, todo de talla y de tamaño menor al natural, y una Dolorosa, también de talla, genuflexa, con las manos entrelazadas sobre el pecho y la mirada implorante clavada al cielo. Cuando procesionaba, en la madrugada del Viernes Santo o en la tarde del Jueves Santo, tenía el extraño privilegio de, tras hacer estación de penitencia a la Catedral de Sevilla visitando las tres caras del Monumento, poder visitar a la Virgen de la Antigua en su capilla, a la que entregaban cuatro velas de una libra de cera para el adorno del altar. Ese día, y solo para esta cofradía, el velo que cubría a la Virgen de la Antigua era descorrido.
Sin embargo, tan floreciente corporación empezó a resentirse a mediados del s. XVIII, quizás con el traslado de la Casa de Contratación de Indias a la vecina ciudad de Cádiz, dándose practicamente por extinguida a comienzos del s. XIX.
Sus imágenes fueron trasladadas al convento de San Pablo, entonces ya parroquia de la Magdalena, donde fueron depositadas en diversos altares y capillas. Su palio fue vendido, adquirido hacia 1804 ó 1805 por la Cofradía de la Coronación de Espinas. Su Nazareno, trasladado en 1880 a la Parroquia de San Nicolás, para cubrir el vacío devocional que en la feligresía había causado la marcha del Nazareno de la Salud, titular de la "Cofradía de Castallanos nuevos". Su rica capilla, es hoy ocupada por otra cofradía, la de Montserrat, fundada por "comerciantes y mercaderes catalanes de la lana".
Y Ella quedó sola, al pié de una mísera cruz plana sin toalla, olvidada por siempre por Sevilla, añorando aquella devoción que antaño su pueblo le tuvo. Ni la certeza de que la gubia de Pedro Roldán fue la autora de su efigie le ha permitido conservar la fama que antaño atesoró.
Me estoy refiriendo a la Virgen de la Antigua, Siete Dolores y Compasión, que hoy aguarda el calor del pueblo de Sevilla en un altar del crucero del antiguo convento de San Pablo El Real, actual parroquia de la Magdalena.
(Fotos by lahornacina & pasionensevilla; fuente bibliográfica: Bermejo Carballo, José. "Gloria religiosa de Sevilla". -1882-)
Preciosa talla que gozó de gran devoción y que por desgracia, terminó languideciendo.
ResponderEliminarSiempre que me paso por la Magdalena, me detengo a admirarla (tengo entendido que llegó a estar muy abandonada, menos mal que la restauraron).
Saludos desde Linares.
Efectivamente fue restaurada hace unos años, creo que con motivo de la exposición dedicada a Pedro Roldán al conmemorarse el III Centenario de su muerte. Esta restauración es la que terminó por confirmar la autoría de Pedro Roldán, a quien Bermejo, en el libro que cito, se la asigna.
ResponderEliminarEl retablo en el que hoy recibe culto no es mal retablo, pero está muy mal iluminado. Yo creo que en la Parroquia de la Magdalena, que se conservan dos devociones muy antiguas de la ciudad, como son el Cristo de Confalón y esta imagen de la Virgen de la Antigua, podían hacerle algún tipo de culto parroquial.
Cuando yo estuve vinculado al proyecto germinal del Cristo de la Corona llegué a sugerirles que porqué no se pedía esta imagen de la Dolorosa para recuperarla al culto. Lamentablemente nadie que me escuchó.
Gracias por pasarte por este rinconcito mío en internet. Saludos desde Sevilla
ResponderEliminarHabría sido buena idea; todo por recuperar una imagen que gozó de gran devoción.
ResponderEliminarEsto me recuerda que llegó a procesionar a los pies del Cristo de las Misericordias de Santa Cruz en los años 20 por un permiso concedido creo que por el Cardenal Almaraz...lamentablemente todo fue efímero y sólo lo hizo un año (luego ellos encargaron a Pizarro la que recuperaron hace unos años si no me equivoco)...otra oportunidad perdida de haberla recuperado procesionalmente.
Ya te dije que conocía ya el blog; seguiremos pasándonos.
Saludos.
Te aclaro, para tu conocimiento, dado que mi madre es hermana de Santa Cruz, que la Dolorosa de Pizarro se encarga en 1905 y sale desde el primer año, lo que pasa es que, como no terminaba de cuajar, se hicieron varias probaturas, entre ellas, y como tu bien mencionas, la de sacar a la Virgen de la Antigua.
ResponderEliminarTambién se probó con una dolorosa cedida por el cofrade D. Fernando Ybarra, tío del actual párroco de Santa Cruz (hoy en Bonares) y cambiando de ubicación en el paso a la Dolorosa de Pizarro, pero ni por esas.
A la Dolorosa de Pizarro la conocí yo de pequeño en el coro de la parroquia arrumbada, después pasó a las dependencias de la Hermandad, hasta que fue restaurada, devuelta al culto y repuesta en el paso, aunque no en el sitio que solía ocupar.
Una lástima que la idea de recuperar a la Virgen de la Antigua no cuajara, porque habría sido un insuperable conjunto de Pedro Roldán.
Y sobre Pizarro, es que el pobre era bastante mediocre.
Un saludo
Gracias por el post-.
ResponderEliminarUn saludo y ánimo!!