lunes, 19 de abril de 2010

MI SEMANA SANTA 2010: VIERNES SANTO

Esperando la salida de la Cofradía, en la esquina de la Cuesta del Rosario con Luchana

Ante el paso de la Virgen del Loreto, el amigo Jaime Galán y yo.

Llegada del Señor de las Tres Caídas al punto de relevo


Impresionante el paso del Señor a la salida del templo parroquial

La portentosa imagen del Señor de las Tres Caídas

La alegre infantería isidoriana, que ponen el contrapunto a la seriedad de la Cofradía

Los capataces del Señor de las Tres Caídas, los hermanos Hierro, Saca y Antonio

El portentoso paso que Francisco Ruiz, Currito el Dorador, labrase para su Cristo de las Tres Caídas

Me enfrentaba este año a un nuevo reto como cofrade, como era "debutar" como costalero bajo las trabajaderas de San Isidoro, reto este que, en cierto modo, me preocupaba, al no saber como respondería tras la larga Madrugá.

Al llegar a casa lo primera que hice fue ducharme y comer algo, antes de acostarme a descansar. La hora larga de siesta me vino de fábula para reponer las fuerzas. A las 17:30 h. en punto estaban Pepe Gómez y Manuel Dalí prestos a recogerme en mi casa, encaminando nuestros pasos hasta la collación de San Isidoro.

En el entorno de la histórica parroquia saludamos a algunos amigos del palio, como sus capataces Manuel López y Ángel "El Bola", como a Manuel Lara Parrado y sobre todo a Jaime Galán, que se estrenaba como costalero en Sevilla, para darle muchos ánimos, antes de que se fuese a igualar.

Posteriormente nos acercamos a casa de nuestro amigo Luis Miguel Sánchez Fajardo, que este año debutaba como contraguía del Señor de las Tres Caídas. La casa de Luis Miguel era la casa del perfecto anfitrión, pues nos había preparado una suculenta merienda, compartiendo con él y con su familia los momentos previos a la salida, antes se acudir puntualmente a la igualá. En casa de Luismi fuimos juntando el maravilloso grupo que hemos conformado los "locos de la Costanilla", como Dalí, Pepe Gómez, Antoñito Caro, Angelito y servidor de ustedes. Ya en la casa de hermandad, tras saludar oportunamente al capataz, Antonio Hierro, nos pusimos a sus órdenes y fuimos preparando concienzudamente la ropa, con la supervisión magistral de Jesús Corpas. ¡Cuanto se aprende de su sapiencia y de su humildad!

Como me considero persona de tradiciones, me aparté intencionadamente de mi grupo para adentrarme en el templo isidoriano y rezar ante los titulares de la Hermandad, el Cristo de las Tres Caídas y la Virgen del Loreto, además de poderlos contemplar con detalle sobre sus pasos magníficamente exhornados. Impresionante el monte del paso del Señor, compuesto por corcho, cardos, rosas, alelíes, calas, hojarascas, etc. Quería compartir, además, estos momentos previos con mi amigo Jaime en el día de su debut en Sevilla. Me sentía como el torero veterano que cede sus trastos al novel, -en este caso mi costal-, pero que por paradojas de la vida ambos se presentan a la vez en la misma plaza. Y aunque la Hermandad de San Isidoro es una hermandad clásica donde las haya, por unos momentos quisimos romper ese protocolo para hacernos unas fotos de recuerdo ante los pasos de la Cofradía.

A las 20 h. se abrían las puertas de la Parroquia de San Isidoro y empezaban a salir largas filas de altos, afilados y negros capirotes, como alfires catedralicios. De pronto, en el silencio contenido de la tarde, un breve murmullo nos anunciaba la inminente salida del Señor. Una nube de incienso lo precedía. Antes nuestros ojos aparecía el imponente paso del Señor de las Tres Caídas, el cual parecía pedirnos ayuda en su dolor, mientras que la mejor figura secundaria de la Semana Santa se prestaba a socorrerlo. Y con paso sobrio, largo, lento y racheao fue avanzando hasta perderse por la calle Cristo de las Tres Caídas.

Me encaminé a mi punto de relevo asignado, la Plaza del Salvador. Ya entonces los nervios empezaban a aflorar en Jaime y en mí. Aún así, es una delicia contemplar el discurrir de la cofradía isidoriana por calles poco habituales, como la Alcaicería de la Seda o la calle Córdoba.

Y llegó el paso. De manera ordenada cada costalero fue ocupando su sitio en el palo. Tres golpes secos de llamador sirvieron para alzar al Cristo de las Tres Caídas, convirtiéndome en ese momento en su Cirineo, ayudándole a portar su pesada carga. Y mientras una voz amiga nos repetía por el respiradero, "largo, lento y racheao". La calle Cuna, la misma que horas antes recibía con alegría desbordada a la Virgen de la Esperanza, era ahora todo silencio acompañando en el dolor al Señor caído. Solo se escuchaba el rachear de las zapatillas. Me acuerdo ahora de una preciosa frase de Juan León, capataz del Cristo de la Humildad y del paso de los "Espejitos" y costalero isidoriano: "¡Vámos a rezar con los pies!".

Mi primer relevo fue en la calle Tarifa. Allí pude ver a Pilar para confirmarle que me encontraba bien y que ella, de igual modo, así se lo transmitiese a mis padres. Posteriormente fui al encuentro del palio de la Virgen del Loreto, la Domus Aúrea, el cual venía andando con un son muy bonito. Otro palio al quizás le sentaría muy bien una banda de palio interpretando marchas fúnebres........

En el Banco de España estaba previsto el segundo relevo. Allí tuve la suerte de encontrarme con mi amigo Agustín López que esperaba su relevo en el Nazareno de Triana, el Jorobaíto, mientras el paso, con andares elegantes, abandonaba los Palcos. Y surgen comentarios extemporáneos de los visitantes ajenos a Sevilla: "Mira niña que nivel, este Cristo con un paso de marfil, y en nuestro pueblo pintando el nuestro con purpurina" (en realidad el paso está en restauración)

Ya en la Avenida, pude darme cuenta que este paso del Señor de las Tres Caídas no es ninguna tontería, ni ningún juguete, a pesar de que cierto retraso acumulado por el palio de la O nos impedía desarrollar nuestro andar característico. Pero sin duda lo más especial fue la llegada a la Catedral de Sevilla. En ese momento debutaba como capataz del paso mi amigo Luismi Fajardo. Tres golpes secos de llamador sirvieron para elevarlo. Un escalofrío recorrió mi cuerpo al escuchar su voz: "largo, lento y racheao". Te alegras de ver como una voz amiga, que ha compartido contigo las fatigas de las trabajaderas es ahora la que te manda. Parecía que por unos instantes el Señor de las Tres Caídas hubiese fundido su mirada con la suya y le dijese "tú que me has llevado sobre tu cuello, que me has paseado por las calles de Sevilla, condúceme ahora en esta travesía por las naves catedralicias, hasta alcanzar la luz de la Puerta de Palos". Y con la misma cadencia de voz repetía: ¡Vámonos de frente!

Y llegó la Cuesta del Rosario, que tantos recuerdos especiales guarda de Pilar y de mí. Y aunque la temía, paradojas del destino la cuadrilla se amarró bien los machos para subirla, casi engulléndola, hasta alcanzar la calle Luchana. Una cuantas levantás más y el paso del Señor fue posado en el templo isidoriano. Es entonces cuando pude comprobar uno de los momentos más bellos de mi vida como cofrade. Los nazarenos de San Isidoro, con el capirote puesto, aguardaban la llegada de la Virgen del Loreto. Llegado el palio, su Hermano Mayor, el gran cofrade Guillermo Mira, ordenaba a los nazarenos que se descubriesen y tras felicitarlo por la perfecta estación de penitencia, rezar unas preces a los Titulares y por los hermanos difuntos, antes de abandonar el templo.

Me sorprendió comprobar cuantos hermanos vestían camisa blanca y corbata negra bajo el hábito de nazareno. Y entre ellos, una cara conocida, la Pepe "El Muerto", propietario de la taberna con más solera de toda la Alfalfa.

Entrado el palio, nos fundimos en abrazos con nuestros capataces y compañeros, con mis "locos de la Costanilla", con Luismi, con Antonio Hierro y su hermano "Saca", con el tito Vicente, con "el Canijo". Dice el dicho que algo tendrá el agua cuando la bendicen. Digo yo, que algo bien habrá hecho Antonio Hierro para conformar este gran grupo humano en la collación de la Costanilla, alejado de los focos y los vítores que reciben otras cuadrillas. Sobre todo porque Antonio, siendo casi un crío, le arrebató el martillo a uno de los consagrados y ya lleva más de treinta años con él. Por algo será.

Gran Viernes Santo para recordar, que me impidieron ver el resto de las cofradías, con la excepción de los pasos de la Hermandad de la O.

(Fotos by Jaime Galán, Arte Sacro y El Correo Web)

11 comentarios:

  1. Por un momento me ha parecido estar viviendo de nuevo el viernes santo en Sevilla...puff, gracias por estas palabras que a un servidor le han echo emocionarse.

    Para mi fue un placer compartir esta grandísima cofradía contigo como "costaleros de la costanilla" y espero segír haciéndolo durante muchos años.

    Un abrazo muy grande y gracias por haberme echo vivir este sueño que sin duda, jamás olvidare¡¡

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  2. Gracias a tí, porque para mí ha sido todo un placer y un honor. Lástima que al final no nos viéramos, pero la verdad es que estaba muerto, la Madrugá pesa mucho.

    Siempre digo lo mismo, ojalá el año que viene no compartamos cofradía, será señal inequívoca de que se ha cumplido mi sueño.

    Y fijate lo que son las cosas, te has estrenado como costalero isidoriano el mismo año en que se ha estrenado como capataz en la cofradía el amigo Luis Mi Fajardo. Como para no acordarse.

    Un abrazo fuerte

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  3. Buena señal, haber si con suerte logro sacar más cosas con Luismi y el año que viene no compartamos cofradia pero sí día de la semana santa, el martes santo, y podemos comentar vivencias tras acabar el trabajo no?

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  4. Rafa al igual q siempre te doi mi enhorabuena por tu articulo,no se de donde te viene esa falicidad para emociarnar a tus amigos con algunas letras,algunas letrillas pero muy bien ordenadas y puestas ha conciencia.HERMANO solo una cosa mas pedazo de viernes santos y VIVAN LOS LOCOS DE LA COSTANILLA. M.DALI

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  5. Gracias a tí y ¡¡vivan los locos de la Costanilla siempre!! Siempre lo he dicho tenemos un gran Gordillo (Luismi Fajardo) y el resto del equipo juega al son que el nos manda.

    Un abrazo gordo y gracias por seguirme.

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  6. Que hace un sevillista haciendo símiles béticos?? jajajaja

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  7. Buenos Días Rafa. En primer lugar darte la enhorabuena por tu blog. Y en segundo lugar hacerte una puntualización con respecto a que el palio de Nuestra Señora de la O dejo retraso. Dicho retraso quien lo produce (como siempre) es la hermandad del cachorro, que no conforme con entrar cinco minutos antes, se deja, otros siete. Tengo que decirte que el citado retraso, haciendo un esfuerzo enorme ya lo tiene recuperado la hermandad de la O, a la altura de los palcos. Haber si un día de estos el Consejo de Hermandades y Cofradías, dejan de tener dos varas de medir para una u otras hermandades y empiezan a pedir explicaciones a todas esas hermandades (casi siempre hay una en cada día) que parecen tener patente de corso. Un saludo

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  8. Te aclaro Toni:

    Yo en nigún momento culpo del retraso al palio de la Virgen de la O, digo que hubo un retraso, pero no sabemos en ese momento cual es la causa. Solo se que el paso de Cristo se tuvo que parar 4 ó 5 veces en la Avenida ante la imposibilidad de andar.

    Tampoco sé si los datos que tú manejas son exactos del todo, porque lo cierto es que San Isidoro entra tarde en Campana, en los Palcos y en la Catedral por el retraso acumulado en el día.

    Está claro que alguno solución habrá que darle, quizás revisar todos los tiempos, porque lo único que es cierto es que la Hermandad del Cachorro es la más numerosa del día, mientras que hay al menos 4 que solo sacan 300/400 nazarenos con tiempos de paso amplios.

    Un saludo también para tí.

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  9. Rafa, lo que no es normal que el palio del Patrocinio este saliendo de la catedral y yo tenga parado el paso del Jorobaito en altar del Santísimo. También decirte que la O tampoco podía avanzar. Y con respecto a los horarios tienes razón, en cuanto, no se esta teniendo en cuenta el número de nazarenos reales de cada cofradía. Pero lo que no es normal que unas hagan esfuerzos y otros se toquen los cojones creyéndose los amos y señores del día. Un saludo

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  10. Si ya lo sé, que pasa lo de siempre....llego al Postigo y hueveo, llego al Baratillo y sigo hueveando, así que mi palio no puede avanzar. Luego tiene que salir el palio y mientras, los demás esperando.

    Por desgracia esta situación del Viernes, también se dá el Martes, el Miércoles,.....

    Una vez dijo un Hermano Mayor que "el Domingo de Ramos era una única cofradía que empezaba en la Cruz de Guía de la Borriquita y terminaba en el palio del Socorro"..... No se lo cree ni él, aquí al final cada uno busca el ascua para su sardina.

    Y menos mal que, en tu caso, la O vuelve por San Telmo, que sino estarías como San Esteban y San Benito, uno detrás del otro pisándole los talones. Y aún así algún año ha llegado la Cruz de Guía de la O al Altozano y no había pasado Patrocinio todavía por el Puente.......

    Quizás una solución factible sería alternar los puestos entre las dos cofradías.

    Un saludo.

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  11. Plantéale eso a los hermanos de la O, veras la señalita con el dedo que te hacen jejeje!!! Un saludo

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