Miguel, Alberto y Manuel ante la Capilla de la Hermandad de la Bofetá en la Iglesia de San Lorenzo
Dirigiendo el misterio del Carmen Doloroso
Dirigiendo el misterio del Carmen Doloroso
Los hermanos Gallegos en la Plaza de San Lorenzo, ante el retablo de la Virgen del Dulce Nombre
En la mañana del 12 de octubre, dirigiendo el paso del Rosario de Humeros
Vaya ese sencillo y sentido homenaje a mis capataces de la Bofetá, con los que me he hecho costalero, aprendiendo a su lado. Pero, sobre todo, me quedo con el amor desmedido de Manuel por Jesús ante Anás, un bofetero convencido, como yo.
(Fotos by Fran Narbona y Arte Sacro. Texto: datos tomados de Arte Sacro y de las muchas conversaciones mantenidas a los largo de estos quince años de relación)
Miguel, Manuel y Alberto son, por este orden de nacimiento, los Hermanos Gallego, capataces de Sevilla desde hace treinta años. Pertenecen a la generación que surge en torno a las primeras cuadrillas de hermanos costaleros, a las que Miguel y Manuel se incorporarán a los pocos años de crearse, iniciándose a las tempranas edades de los 16 y los 15 años, respectivamente.
Miguel fue costalero de la Bofetá, el Gran Poder, el palio de los Servitas o la Pastora de Santa Marina, retirándose de los pasos por una inoportuna lesión de espalda. Manuel fue igualmente costalero de la Bofetá y el Gran Poder, así como de Jesús Despojado, Corazón de Jesús de Nervión, Rosario de San Julián, Nazareno de la O y la Soledad de San Lorenzo, paso este último en el que se retiró. Alberto, el más pequeño de los tres, el cual también tuvo que abandonar el costal por culpa de otra lesión, ha sido costalero del Rosario de Humeros, Bofetá, Amargura (misterio), Montserrat y Jesús Despojado.
Como capataces de Sevilla se iniciarían de manera casual, pues al pertenecer a la Juventud del Gran Poder recalarán en la Hermandad del Rosario de los Humeros, que por aquellos años se estaba reorganizando, en el que se encontraban destacados cofrades, como Esther Ortego, -hoy Consejera de Glorias del Consejo General de Hermandades y Cofradías- o José Manuel Bonilla Cornejo, -reconocido imaginero-, pasando a ocuparse del martillo de dicho paso. Corría el año 1981.
En el año 1982 se incorporan al equipo de Sebastián Pagés como contraguías, sacando con este capataz el misterio de la Amargura, el palio de los Servitas, la Virgen de las Mercedes de la Puerta Real y el Carmen de San Gil. Esta relación con la familia Pagés se prolongaría hasta 1999. Debemos reseñar que hasta entonces los hermanos Pagés habían sido los segundos capataces y contraguías del palio del Dulce Nombre.
Ya en 1985 se harán cargo de la Virgen de la Salud, Madre de los Enfermos, de la barriada sevillana de las Avenidas, una antigua Cruz de mayo que sacaban por su barrio, que en dicho año incorporará dicha imagen gloriosa, modelada por Bonilla Cornejo.
Pero, sin duda, el año trascendental en la vida de Manuel será 1986, cuando asuma la dirección del misterio de Jesús ante Anás, la Bofetá, en el que cumplirá en la próxima Semana Santa las bodas de plata como su capataz. Un año después se incorporaría a la dirección de este barco su hermano Miguel y en 1994 el último de los hermanos, Alberto. En 1997 asumirían la dirección del palio de María Santísima del Dulce Nombre, convirtiéndose con ello en capataces generales de la Hermandad de la Bofetá. Quedan para el recuerdo las lágrimas derramadas por Manuel Gallego al sacar el palio de su "Morena de San Lorenzo" por primera vez a la calle siendo su capataz.
Por su parte el propio Manuel asumirá la dirección compartida del martillo del Cristo de la Sed (hasta 1992) y del Corazón de Jesús de Nervión (hasta 1993). Ese mismo año participarán, como capataces, en el traslado de Madre de Dios del Rosario a la Catedral de Sevilla para presidir el Pregón de las Glorias donde, en diferentes tramos, se fueron alternando distintos capataces de Sevilla.
En 1994 se iniciará su relación con la Hermandad del Carmen Doloroso al hacerse cargo del palio de la Virgen del Carmen, en la salida extraordinaria protagonizada con motivo del X Aniversario de su bendición, para asumir desde 1995 la dirección de la cuadrilla de Ntro. Padre Jesús de la Paz, ampliándose también el pasado año 2009 con el palio de la Virgen del Carmen Doloroso.
Por último en el 2005 asumirán la dirección del paso del Cristo de las Misericordias de Cantillana (Sevilla), un bello Crucificado de Castillo Lastrucci, así como de la procesión del Corpus Cristhi de dicha localidad, retirándose a los pocos años por diferencias de criterio con la Junta de Gobierno, pero dejando un gran sabor de boca por el gran trabajo realizado. En el referido 2005 celebrarán también los 25 años al frente de la Hermandad de los Humeros.
Como capataces, aunque jóvenes por edad, guardan formas antiguas, palpables en la manera de igualar, aprendida sin duda de la familia Ariza con la que Manuel y Miguel trabajaron muchos años como costaleros. Serios, exigentes, pero sobre todo, humildes, valoran por encima de todo la unión de las cuadrillas, formando siempre un gran grupo humano, por encima de las individualidades. Como tantas veces han repetido, "las figuras no van ni debajo, ni detrás de los pasos, sino encima".
Quedan en sus retinas momentos inolvidables vividos como capataces, como la primera salida con el misterio de la Bofetá (1986), la primera salida del Carmen Doloroso como Hermandad de Penitencia (1996), la primera salida con el palio del Dulce Nombre (1997), el campanazo de la Hermandad de la Bofetá (2003), la primera estación de penitencia a la Catedral de la Hermandad del Carmen Doloroso (2007) o la primera salida del palio de la Virgen del Carmen Doloroso (el pasado 2009).
Como cofrades, Manuel, Miguel y Alberto pertenecen a las Hermandades de la Bofetá, -su hermandad de la infancia y la única en la que han salido de nazarenos-, Humeros, Salud de las Avenidas y el Carmen Doloroso. Miguel y Manuel son también hermanos del Gran Poder y Alberto de los Servitas.
Vaya ese sencillo y sentido homenaje a mis capataces de la Bofetá, con los que me he hecho costalero, aprendiendo a su lado. Pero, sobre todo, me quedo con el amor desmedido de Manuel por Jesús ante Anás, un bofetero convencido, como yo.
(Fotos by Fran Narbona y Arte Sacro. Texto: datos tomados de Arte Sacro y de las muchas conversaciones mantenidas a los largo de estos quince años de relación)
Grandes Personas y magníficos capataces, seguramente sin saberlo ellos, son hoy por hoy, de lo mejor que hay en este falso mundo del martillo (es mi opinión). Muchos años de labor callada, con sus alegrías y sus penas, pero hay están los resultados. Para mi son los únicos que quedan con regusto antiguo y frescura bien entendida. Un saludo
ResponderEliminarGracias por tu comentario y por visitar este humilde blog. Un saludo
ResponderEliminarPara los malidicentes y personas mal pensadas:
ResponderEliminarCuando me refiero a Manuel Gallego como un "bofetero convencido" no quiero con ello dar a entender que sus dos hermanos, Miguel y Alberto, no lo sean, sino que él es un gran devoto de Jesús ante Anás, lo mismo que un servidor.
Hay que reconocer que en la Hermandad de la Bofetá hay más devotos de la Virgen del Dulce Nombre que de Jesús ante Anás, por eso es de agradecer tener un capataz tan del Cristo.
Y aún a pesar de todo, bendito Cristo y bendita locura la belleza sin igual de la Virgen del Dulce Nombre. Haber quien me dice que no se ha enamorado alguna vez de sus ojos color de miel....
Saludos