EL BULLI CIERRA DOS AÑOS

Majestuoso montaíto de pringá servido en su plato, con la servilleta de papel para que empape la grasa. Arte y sabiduría andaluza por los cuatro costados (del montaíto)

Po vale. Para media España ha sido un gran tragedia, noticia de portada de todos los telediarios.

A mí, con perdón, me zumba un.......... Nunca he creído en los restaurantes de autor, el que me digan que estoy comiendo "aborto consensuado de gallinas, en lecho de zumo de oliva, con finas tiras de tubérculo rebozado, con ajo, tomillo y romero", para que al final me entere que estoy comiendo "huevo fritos con papas" (de los de toda la vida de Dios), solo que en plato grande, ración minúscula, y a 50 € la estocá. Ya lo dijo magistralmente uno de los sabios de la cocina andaluza, Enrique Becerra: "Ferrá Adriá no tiene un fogón, tiene un laboratorio".

¿Alguien ha probado alguna vez una deconstrucción de carne, tocino, morcilla y chorizo en tierno pan recién tostado? Nosotros sí, ya seamos andaluces de Sevilla, Jaén o Cádiz. Posiblemente Ferrá Adriá no se haya comido en su vida un montaíto de pringá, ni sepa lo que es o a qué sabe. Es más, seguro que le parece hasta una combinación vulgar de los ingredientes, sobre todo porque no tiene hidrógeno, espuma de mar y guarradas por el estilo.

Yo por mi parte seguiré disfrutando de este rico manjar, acompañado de un botellín fresquito del gordito, ya sea en "Las Columnas", "La Bañera", "Casa Jeromo", "El Rinconcillo", "El Picadero" o en "La Fresquita", por citar solo algunos templos del "montaito pringuero".

Y a modo de invocación romana final diré: ¡¡¡Salve, oh montaíto de pringá, los que van a pasear los pasos, te saludan!!!