Hoy inicio una nueva etapa en mi vida. Tras muchos meses deseándolo, por fin he encontrado un ansiado trabajo que me llena de felicidad y cubre mis espectativas laborales. Inicio una nueva etapa como profesor de historia en un centro privado-concertado en San Fernando (Cádiz). Y aunque me duele dejar mi ciudad, en lo más
hondo de mi alma, tranquilos porque, como mal menor, cada viernes estaré
de vuelta en casa.
En esta nueva andadura vital vienen conmigo dos inseparables compañeros de viajes y de fatigas, mi Cristo y mi Virgen. Mi Cristo representado en esa estampa que encierra una bonita historia de amistad y sentimiento morado y macareno. Me la dio hace varias Madrugás mi amigo David Medina, costalero, -para más señas-, del Señor de la Sentencia, antes de iniciar la Estación de Penitencia. Era la foto que él repartiría esa Madrugá eterna. Desde entonces la tengo en mi cartera, encima de mi DNI, porque antes que español soy MACARENO, que no es una nacionalidad, sino un estilo, un modo de ser, un sentimiento, una filosofía de vida... "Ni mejor, ni peor, distinta!". Estaba claro que en esta nueva etapa de mi vida se vendría conmigo. Gracias David, por este trozo de Madrugá.
Y me acompaña también mi Virgen de la Esperanza, representada en la medalla que veis. Si, ya se que no es la que recogen nuestras Sagradas Reglas, pero poco me importa. Esa medalla ovalada, de baquelita o aluminio, la de la coronación, es la que me impusieron cuando me hice hermano, hace la friolera de 35 años. Y en todos los momentos importantes de mi vida me ha acompañado (exámenes, selectividad, exámenes de la carrera, conferencias, pasos sacados como costalero o contraguía, -salvo la Bofetá-, defensa de la tesina, oposiciones y un largo etcétera que sería difícil de resumir aquí...). Es la manera que tengo de sentirme aferrado a los míos, a mi gente, a mi barrio, a mi familia. Al sentimiento macareno inculcado por mi abuelo Pepe, pues no hay un día que no pase sin acordarme por algo de él.
Mi Esperanza y el Señor de la Sentencia me acompañan, como siempre, en esta nueva andadura. ¿Qué
más se puede pedir?
(Foto by Rafael Ríos Delgado)
Enhorabuena por tu nuevo trabajo, Rafael. Con la que está cayendo, conseguir (o cambiar de lugar de) empleo es difícil, pero trabajar en lo que te gusta debe ser como estar en el paraíso.
ResponderEliminarMe alegro mucho. Un fuerte abrazo.
Pepe Becerra.