jueves, 4 de octubre de 2012

"VENI, VIDI, VINCI.."



Luis Miguel Sánchez Fajardo y su "cuadrilla" posando ante el paso de Jesús Nazareno del Polígono de San Pablo, instantes antes de iniciar su salida procesional




Preciosa fotografía del amigo Óscar Gómez en el momento en el que le dedicaba la primera levantá a mi hermano Pepo

Según la tradición histórica, esa fue la locución que el general romano, Julio César, empleó ante el Senado Romano para explicar su victoria sobre Farneces II del Ponto, hijo bastardo del rey griego Mitríades VI, en la Batalla de Zela. "Fui, vi y vencí" ha pasado a la historia como una de las certezas más absolutas de que algo, cuando está bien hecho o ejecutado, no necesita de ninguna otra justificación.

En otras campos de la vida, como puede ser la Tauromaquia, también se dice que cuando un torero (no me gusta lo de "maestro", pues como decía mi abuelo Pepe, solo hubo uno, con carpintería en Nazaret...) está cumbre, suele ir acompañado por una excelente cuadrilla de subalternos, tal es el caso de José Mari Manzanares en la actualidad.

El pasado 29 de septiembre mi amigo Luis Miguel Sánchez Fajardo, como los buenos toreros, tomaba la alternativa en Sevilla como capataz en solitario, tras un largo periodo de formación y aprendizaje de la mano de dos grandes de ésto, Pepe Monge y Antonio Hierro. Y como Julio César en la mencionada batalla, llegó, vio y venció, cortando orejas y rabo. Una auténtica lección magistral fue la que interpretó mandando el paso de Jesús Nazareno, de la Agrupación de Fieles de la Humildad del Polígono de San Pablo, hasta el punto de que las cuadrillas, en muchos momentos de la procesión, daban la sensación de llevar años trabajando juntas, con los compañeros y con su capataz.

El buen hacer de mi amigo Luismi, sus palabras de cariño y respeto siempre, hicieron posible conjuntar dos cuadrillas de 70 amigos que acudieron a disfrutar y pasear a Jesús Nazareno por las calles del Polígono de San Pablo.

Y en la brega, tres figuras de lujo, Ángel Hermógenes Fernández Alonso y Jesús Corpas Jiménez, aportando frescura y juventud, y el Tito Vicente aportando sapiencia y veteranía, por no hablar del listero, Jesús Sánchez Fajardo, que como buen mozo de espadas estuvo pendiente de todo.

Una tarde, en resumen, para disfrutar. Y yo me quedo con dos momentos, dos levantás, y las dos dedicadas a la misma persona, a mi hermano Pepo, la segunda con él a mi lado y de mi mano. Que el Nazareno del Polígono lo ayude a curarse pronto.

Y a ti, amigo Luismi, felicidades de corazón. Todos los que intuíamos en ti una figura en ciernes en el mundo del martillo nos lo devolviste con creces. Como con Lama de Góngora, Sevilla tiene una nueva figura en los martillos, que no pertenece a familia y dinastía alguna, y que todo lo que ha conseguido en esta vida, ha sido a base de entrega, esfuerzo y sacrificio. 

Un abrazo amigo.

(Foto by Arte Sacro, Alberto García Acevedo, Óscar Gómez y Fernando Morillo)

2 comentarios:

  1. Me alegro mucho por vosotros dos amigos, se que disfrutastes junto a tu hermano de una tarde de cofradía expléndida. Enhorabuena de verdad.

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  2. Gracias amigo. Ojalá el año próximo pueda compartir esta salidad contigo. Un abrazo

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