jueves, 12 de abril de 2012

Y AL FINAL HUBO MADRUGÁ...





Hoy hace justo una semana de ello. En el día en el que antaño se hacía la "desarmá" del paso del Señor de la Sentencia, cuando los enanos de mi palio devolvían el barco macareno al astillero de su museo, hoy os puedo contar como fue este mágica jornada.

Necesitaba reflexionar de todo lo vivido y lo sentido, de lo divino y de lo humano, de lo popular y lo universal, que encierran la estación de penitencia de mi Hermandad de la Macarena.

La Semana Santa de esto año tenía visos de torcerse incluso más que la del año pasado. Que no hubiera Paz por el Parque, ni Cena por la Encarnación eran presagios de que algo no iba bien, pues Jesús no era Expoliado, que no Despojado, en Molviedro, y entraba en la Jerusalén de Sevilla a la anochecía, aunque estas cosas solo ocurran en esta bendita tierra.

Lunes de agua, de nuevo sin el Cautivo, el que no necesita de apellidos para saber a quien nos referimos, ni Aguas por el Museo, ni Santa Marta, rosa primorosa del Lunes Santo, como la que lánguidamente acaricia el Señor de la Caridad, cada año desde San Andrés. Solo dos salidas, dos remojones, quizás el del San Gonzalo aún más escandoloso por las formas, y una ejemplar estación de penitencia de la Hermandad de la Vera-Cruz, que nos hizo a todos reflexionar hacia donde encaminamos nuestra Semana Santa.

Martes Santo en blanco, 49 años hacía que no se quedaba ninguna cofradía sin procesionar en este día, y la que solía ser más valiente, mi Hermandad de la Bofetá, optó este año por la prudencia, tras la mala experiencia del año pasado. ¿Haber como le explicamos a los bofeteros como se aguantan dos años enteros sin Jesús ante Anás en las calles?

Tras otro Miércoles Santo para enmarcar, llegaba el ansiado Jueves Santo, uno de los tres días en los que antaño se decía que relucían más que el sol. Nada hacía presagiar que la espléndida mañana de luz, Basílica y convivencia con mis compañeros costaleros del Señor de la Sentencia, se estropearía tanto por la tarde.

Ninguna de las cofradías pudieron salir. Sin embargo mi padre decía, en su argot macareno, que "la Virgen tenía cara de calle". Y para los que no sean de esta tierra, no entenderán que significa, pero para nosotros es que Ella así lo deseaba. Y esa certeza de mi padre se cumplió cuando a las 00:30 h. se abrieron las puertas de la Basílica y 1200 razones moradas empuñaron su cirio o su cruz para demostrar a Pilatos cuan afrentados se sienten, dos mil y pico años después, por haber condenado al "Dios de los Macarenos".

No está siendo un buen año para nadie, crisis, desempleo, paro.... creo que nuestra Virgen era consciente de ello y por eso estaba convencida de que tenía que salir a repartir Esperanza, que es lo que más necesita ahora el mundo. Y esa Esperanza, para muchos se llama Macarena y habita en los corazones de cuantos con solo nombrarla se nos hace un nudo en la garganta.

En este arduo trabajo debía contar con la ayuda del más Justo, y eso no es otro que mi Cristo de la Sentencia. Era una Madrugá nueva, distinta, con muchas incógnitas, con nuevo equipo de capataces, con el recuerdo del trabajo de Miguel Loreto siempre presente..... Y no fue "ni mejor, ni peor, solo distinta", como es sello de esta casa.

El Señor de la Sentencia es lo popular, el barrio, las huertas, las fotos amarillas y arrugadas de las carteras, los suspiros, los quebrantos, el alma cautiva en su mirada. Sorprende cada año comprobar como cada vez son más los que a Él lo esperan, los que desbordan sus sentimientos ante su presencia. El Señor de la Sentencia se paseó sobre los cuellos obedientes de mi cuadrilla de costaleros. Cuando hubo que andar, se andó, cuando hubo que ronear, se roneó. Cuando hubo que mecerlo de costero a costero, se hizo más fino que nunca. Y cuando hubo que enamorar, se enamoró. Se decía que esta cuadrilla no sabía andar y buena muestra ha dado de que está sobrada para ello. El "payaso del martillo" decía en el ABC del pasado domingo haber percibido una "notable mejoría" en los andares del Sentencia. ¿Notable mejoría? ¡Cómo se nota que sus fobias no le permiten distinguir el grano de la paja!

Al entrar en la Basílica un señor de los pies a la cabeza, D. Ernesto Sanguino, capataz como la copa de un pino, se derrumbaba ante la emoción de lo vivido en la Madrugá siendo el responsable de pasear al "Dios de los Macarenos", como tantas veces lo refirió a lo largo de la noche.

Pero quedaba por llegar Ella. Y Ella solo podía ser la Esperanza Macarena.... Y como todo en lo bueno en la vida, se hizo de rogar. Casi tres horas tardó en entrar. Que si retraso, que si saetas, que si bulla, que si parones, que si..... ¡Pamplinas! Como los Reyes en visita oficial, ¿y quien duda que Ella no lo sea de todos los macarenos?, fue parándose ante cada rezo, cada petición, cada lamento de sus hijos, de sus vecinos, de los hermanos de esta Cofradía, de los sevillanos deseosos de verla que la tienen por Madre y de cuantos buscaban el amparo de su manto. De lo popular a lo universal. De lo íntimo a lo desbordante. De las huertas a Sevilla y de Sevilla al mundo entero.

Fue tanta la emoción acumulada en esta histórica jornada, que llegué a casa "destrozado", como si me hubiesen dado una paliza, de tantas vivencias hacinadas. Me siento un privilegiado de poder ser el destinado a saciar la sed de los que pasean a mi Cristo de la Sentencia por Sevilla. Me siento un privilegiado de tener el alma morada y verde. Pero, sobre todo, me siento un privilegiado de ser Macareno, y haber compartido ese día con los míos. Y entre los míos, estaba a mi lado mi niña Pilar.... ¿Qué más se puede pedir?

(Fotos by Web de la Hermandad de la Macarena)

3 comentarios:

  1. Hacia tiempo que no entraba en tu blog y me ha merecido la pena la espera.El artículo es precioso y auna dos de mis hermandades y muchos,pero muchos sentimientos.He disfrutado mucho leyendolo.Gracias.BOGAR

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  2. He abierto un nuevo blog:
    www.estampas-cofrades.blogspot.com
    Te enla zo en dicha pagina y espero me enlaces en tu magnifico blog. Un saludo.

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  3. Gracias a vosotros por leerme y pasaros por este humilde blog. Un abrazo

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