martes, 21 de febrero de 2012

EL ORIGEN DEL "COSTERO A COSTERO" DE MI CRISTO DE LA SENTENCIA



Si algo bueno están teniendo estos primeros ensayos de la cuadrilla del Señor de la Sentencia, bajo la batuta de Antonio Santiago, son las pequeñas anécdotas y curiosidades que nos relata antes de iniciarse cada uno de ellos pues, de su mano, vamos conociendo historias relacionadas con las cuadrillas de la Hermandad. Y uno, por su deformación como historiador, suele estar atento a las mismas, pues son muchos los datos interesantes que a través de estas charlas conozco.

En 1973 Manolo Santiago se hacía cargo de la dirección del Señor de la Sentencia, como segundo de Salvador Dorado, "El Penitente", el cual había sido contratado por la Hermandad de la Macarena como capataz principal para sus pasos. La cuadrilla de Cristo de Salvador Dorado era de seis palos, pues así eran la mayoría de los Cristos que sacaban, pero el Sentencia calzaba ocho, por lo que se recurrió a "contratar" a las dos primeras trabajaderas de la cuadrilla de Cristo de Manolo Adame, la cual si estaba compuesta de ocho palos, dada la envergadura de los pasos de misterio que habitualmente sacaba. Esto fue posible gracias a que Adame había sido contratado para aquella Madrugá por la Hermandad del Calvario, por lo que le sobraban las dos primeras trabajaderas, razón por la cual se pudo hacer este préstamos entre cuadrillas profesionales.

En aquella época las cuadrillas de Salvador Dorado, tanto de Cristo como de palio, hacían una mecía muy parecida al actual "costero a costero", solo que en aquellos tiempos se le llamaba "paso a tambor" pues se hacía en aquellas manos en que los pasos solo llevaban ese redoble como acompañamiento. Tampoco se hacía durante todo el recorrido, sino en sitios muy puntuales y estratégicos

A la altura de los Sindicatos, en la confluencia de la calle Trajano con la Plaza del Duque, Manolo Santiago decidió dar una pocas de manos a "paso a tambor" para enseñarle a las dos trabajaderas de Adame como era aquella mecía y acompasarlos con el resto de la cuadrilla, que lo hacía con los ojos cerrados, antes de hacer la entrada en Campana.

Este es el bello origen del andar "de costero a costero" del Señor de la Sentencia, que luego le respetaron todos los capataces que asumieron la dirección del paso de misterio, aunque no como única mecía, la cual sería adoptada como indescriptible sello personal bajo la dirección de Miguel Loreto.

(Vídeo by Onda Giralda)

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