Y DE NUEVO, NO FUE UN SUEÑO

Era ayer un día grande para el propietario de este blog. Mi Hermandad de la Macarena celebraba su Función Principal de Instituto, donde se renueva por los hermanos el juramento de las Reglas, y donde confluyen más de dos siglos de historia común de las Hermandades de la Esperanza y el Rosario de San Gil, que nos permiten entender muchas cosas de la misma.

Y por la tarde, procesionaba mi Virgen del Rosario con su "Niño Frito" en los brazos, causa principal de mi devoción, pues creo que todos nos vemos en Él reflejado, en nuestra infancia ya pasada o en la de nuestro retoño que viene al mundo por primera vez. Pero es que, además, el paso de mi Virgen del Rosario volvió a ser portado por mis "grandes", por mis costaleros del Señor de la Sentencia, que nuevamente lo bordaron para romper tópicos y temores infundados y demostrar que tíos de más de 1,80 podían pasear a su querida titular mariana.

Y pudieron porque allí hubo fuerza, y entrega, y verdad, y casta, y coraje, y esfuerzo. Pero sobre todo lo que hubo fueron corazones macarenos bajo sus trabajaderas, porque, ¿qué macareno no tiene en su corazón a la Virgen del Rosario? Quedan muchos recuerdos para la posteridad, como el estreno del amigo Jeromi Nuñez en la pata, donde lo bordó como Dávila Miura bordaba los pases de pecho, como la sublime revirá de Parras a Sagunto, como el transitar por la dificil calle Torreblanca, que nuevamente volvía a sentir sobre sus adoquines el rachear de los pies macarenos, por no hablar de la levantá, la última, de Miguel Loreto a sus costaleros. Tocaba el martillo un CAPATAZ, salía tras el envite un hombre bueno hundido por las emociones acumuladas en más de treinta años al frente del barco macareno.

Una noche para enmarcar y recordar durante mucho tiempo. Los agoreros que decían, tras la experiencia del año 2005, que esta cuadrilla no podía con el paso, han visto como por dos veces le han demostrado cuan desacertada era su premonición.

Ojalá llegue el día en que yo comparta esta emoción con mis hermanos macarenos y costaleros del Señor de la Sentencia.

(Fotografías by Elena Melero Polo y Enrique Castrillo Torres; vídeo by Cruz Alzada)