Cartel de las Jornadas Mundiales de la Juventud, editado por la Hermandad de los Panaderos, obra de Beatriz Barrientos Bueno
Detalle del antiguo escudo de armas de Benedicto XVI que aparece en el referido cartel
Nuevo escudo de armas de Benedicto XVI, con la recuperación de la tiara ponficia o triple corona
Nuevo escudo de armas de Benedicto XVI, con la recuperación de la tiara ponficia o triple corona
Antiguo escudo de armas de Benedicto XVI, donde la tiara ponficia había sido sustituida por una mitra
Dos instantáneas de Benedicto XVI rezándo el Ángelus desde el balcón de San Pedro de El Vaticano, donde podemos apreciar, en el repostero que cuelga del mismo, la modificación del escudo de armas papal
Benedicto XVI junto al nuevo Prefecto de Ceremonias, Monseñor Guido Marini
Benedicto XVI, con la casulla y la tiara modelo "papagayo", junto al anterior Prefecto de Ceremonias, Monseñor Piero Guarini
Partamos de la base que el cartel editado por la Hermandad de los Panaderos, realizado por Beatriz Barrientos Bueno, para anunciar las Jornadas Mundiales de la Juventud a celebrar en Madrid este próximo agosto, es de una belleza y una calidad insuperable.
Y como todo en este vida tiene una explicación, esta es la causa que han motivado la modificación del escudo papal. Cuando Karol Wojtyla es elegido por el Cónclave de Cardenal como Papa, con el nombre de Juan Pablo II, nombró Prefecto de Ceremonias de Monseñor Piero Marini, discípulo predilecto de Annibale Bugnini.
Sin embargo, en materia de liturgia no todo vale y ya algunas voces, dentro de la propia Iglesia, se habían mostrado contrarias a los excesos que se estaban produciendo en las ceremonias y celebraciones litúrgicas. Recuerdo ahora la polémica que sostuvimos la amiga Rosario y yo a cuenta de la ceremonia de beatificación de Lolo, la cual yo no consideraba del todo apropiada.
(Ver para ello: http://elninofrito.blogspot.com/2010/06/desproposito-total-la-beatificacion-de.html)
Para solucionar este desaguisado, Benedicto XVI nombró a Monseñor Piero Marini, "Presidente del Comité Pontificio para los Cogresos Eucarísticos", mientras que se trajo de la Catedral de Génova a Guido Marini, el cual desde octubre viene desarrollando las labores de Prefecto de Ceremonias. Conste que entre Guido y Piero Marini no existe ningún tipo de parentesco, tan solo la coincidencia del apellido.
Y una de esas decisiones ha sido recuperar la tiara ponficia en el escudo de armas de Benedicto XVI, razón ésta por la cual el cartel editado por la Hermandad de los Panaderos ha quedado desactualizado, al presentar el mismo las antiguas armas papales.
Un curioso detalle o anécdota que quizás haya pasado desapercibido para el grueso de los cofrades, pero que no por ello resta un ápice de su belleza a la obra realizada por Beatriz Barrientos.
(Foto by Alfonso González Palau)
Juan Pablo II, durante el Jubileo del año 2000, revestido con capa pluvial con los colores del pueblo Yanomani
Partamos de la base que el cartel editado por la Hermandad de los Panaderos, realizado por Beatriz Barrientos Bueno, para anunciar las Jornadas Mundiales de la Juventud a celebrar en Madrid este próximo agosto, es de una belleza y una calidad insuperable.
La anécdota la protagoniza el escudo papal contenido en el mismo, situado en la esquina inferior derecha, el cual ha sido modificado desde que la artista realizó el cartel, razón por la cual el mismo ha quedado obsoleto, en materia de heráldica, nada más.
Y como todo en este vida tiene una explicación, esta es la causa que han motivado la modificación del escudo papal. Cuando Karol Wojtyla es elegido por el Cónclave de Cardenal como Papa, con el nombre de Juan Pablo II, nombró Prefecto de Ceremonias de Monseñor Piero Marini, discípulo predilecto de Annibale Bugnini.
Monseñor Piero Marini fue desvistiendo a Juan Pablo II de la liturgia tradicional, tachado por algunos sectores de la Iglesia de "excesivamente barroca", para presentarlo ante la sociedad más sencillo, llegando incluso a portar ropas ceremoniales con los colores tribales de los Yanomamí, tribu de la zona del Amazonas. Por cambiar, cambió hasta el báculo, el sello papal, la cátedra pontificia o la tiara papal, los cuales redujo hasta el extremo.
Sin embargo, en materia de liturgia no todo vale y ya algunas voces, dentro de la propia Iglesia, se habían mostrado contrarias a los excesos que se estaban produciendo en las ceremonias y celebraciones litúrgicas. Recuerdo ahora la polémica que sostuvimos la amiga Rosario y yo a cuenta de la ceremonia de beatificación de Lolo, la cual yo no consideraba del todo apropiada.
(Ver para ello: http://elninofrito.blogspot.com/2010/06/desproposito-total-la-beatificacion-de.html)
Fallecido Juan Pablo II y escogido como Sumo Pontífice Monseñor Ratzinger, con el nombre de Benedicto XVI, éste confío igualmente en Monseñor Piero Marini como su Prefecto de Ceremonias. Los "disloques" de Piero Marini llevaron a revestir a Benedicto XVI con una casulla y una tiara modelo "papagayo", amén de sustituir en el escudo de armas papal la tiara pontificia por una mitra, decisiones éstas que terminarían costándole el cargo.
Para solucionar este desaguisado, Benedicto XVI nombró a Monseñor Piero Marini, "Presidente del Comité Pontificio para los Cogresos Eucarísticos", mientras que se trajo de la Catedral de Génova a Guido Marini, el cual desde octubre viene desarrollando las labores de Prefecto de Ceremonias. Conste que entre Guido y Piero Marini no existe ningún tipo de parentesco, tan solo la coincidencia del apellido.
Poco a poco, y casi sin hacer ruido, Guido Marini ha ido devolviendo al Papa los aditamentos propios de su condición de Sumo Pontífice y Obispo de Roma, recuperando la cátedra, la tiara, el sello papal y las armas propias y asociadas, desde tiempo inmemorial, al Papado.
Y una de esas decisiones ha sido recuperar la tiara ponficia en el escudo de armas de Benedicto XVI, razón ésta por la cual el cartel editado por la Hermandad de los Panaderos ha quedado desactualizado, al presentar el mismo las antiguas armas papales.
Un curioso detalle o anécdota que quizás haya pasado desapercibido para el grueso de los cofrades, pero que no por ello resta un ápice de su belleza a la obra realizada por Beatriz Barrientos.
(Foto by Alfonso González Palau)
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