viernes, 25 de marzo de 2011

50 AÑOS A SUS PLANTAS


Hoy recibe mi padre la medalla de los 50 años de pertenencia a su Hermandad de la Bofetá. Y aunque se confiesa bofetero, su devoción es su Virgen del Dulce Nombre, la que le cautivó el corazón cuando la miró por primera vez a los ojos cuando la subía al altar del quinario en San Antonio de Padua.

Cincuenta años de pertenencia ininterrumpida e inquebrantable a su Hermandad, a la que siempre ha ofrecido sus servicios y de la que jamás se ha aprovechado. Honrado con ella hasta para ingresar en la cuenta de caridad los 2€ que un hermano le había entregado. Pertenece mi padre a una generación especial y distinta: la que conoció la Hermandad en la época de la dictadura, -cuando hasta había que pedir permiso para celebrar los cabildos-, con muchas estrecheces y luchando día a día, como una gran familia, para sacarla a flote, al esplendor adquirido en los tiempos actuales donde esa pequeña gran familia se ha ido difuminando. Aquellos polvos nos han traídos estos lodos actuales.

Cincuenta años en los que ha sido de todo, nazareno de cirio, portador del Senatus, fiscal de paso de Cristo, diputado de tramo, penitente, maniguetero, auxiliar del diputado mayor de gobierno, diputado de caridad, diputado de cultos, mayordomo y secretario, pero, por encima de todos los reconocimientos, ha sido, sobre todo, BOFETERO.

Hoy recibes la medalla que premia tu fidelidad a tu Virgen del Dulce Nombre con el corazón ya dividido, pues Jesús ante Anás hace tiempo que fue ocupando espacio en tu corazón. Y la recibes de las manos más impías e inmerecidas, de un Comisionado que caprichosamente se ha prestado a ser parte de esta vil parodia de ¿gobierno? de nuestra corporación. Ni por esas razones de peso faltarás hoy al encuentro con tu Virgen. Tú no podrías hacerle ese feo ni a tu Virgen, ni a tu Hermandad.

Y es que, como siempre nos has inculcado, ante todo la Hermandad. Quizás por estas cosas te valore y te respete tanto, por lo mucho que aún hoy me sigues enseñando como cofrade y como cristiano comprometido. Un beso fuerte y disfruta de tu momento. Ya sabes que te quiero.

(Foto by Cristina Palomino Puerto)

5 comentarios:

  1. Hoy, Papá, es un día grande, tu Virgen, la de la Dulce Mirada, la que conocistes siendo muy joven, la que cautivó desde el primer momento, ha querido agradecerte tantos y tantos años de fidelidad, de amor, de cariño a tu Hermandad.

    Porque tú, te ha dado siempre igual quien estuviera al mando, cosa que nos inculcastes a los dos, tú has trabajado para tu hermandad y por tu hermandad, no has buscado nunca favoritismos ni beneficio personal, has luchado en aquellos años para que tu Hermandad fuera la mejor.

    Y ahora Papá, Ella quiere agradecertelo, tantas tardes, cuando tus obligaciones te lo han permitido, agarrado a esa cancela, pidiéndole por los tuyos siempre para los demás, y aquí está la recompensa 50 años después, una medalla ganada a pulso.

    Esta noche, es noche de grandes recuerdos, de personas que te enseñaron los grandes valores que con el tiempo has inculcado a tus hijos, y quizás te hubiera gustado recibirla de otras manos que han sido las que te han guiado tantos años en tu Hermandad pero ocurre en tantos años de historia y de tantas cosas vividas, ha querido que un Comisionado ocupa este lugar ahora. Pero tu ahí sigues con la cabeza bien alta por tu Hermandad nuevamente.

    No te olvides que tus hijos (a los que le has inculcado muchas cosas) y tu mujer van a estar hoy contigo para disfrutar de este momento. Yo sólo deseo que sean muchos años más y Ella, Tu Morena, estará ahí contigo para vivirlo junto a nosotros.

    Un beso muy grande Papá

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  2. Enhorabuena a tu padre y a todos vosotros, una familia entregada a sus Hermandades, una familia de las que ya pocas quedan.

    Un fuerte abrazo para todos, sois un ejemplo a seguir¡¡

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  3. Rafel, eres un señor y honras el nombre de tu hermandad por donde vas. Enhorabuena, a ver si recogemos la de los 100 ¿no?

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  4. Dificil va a ser amigo, dado que mi padre no se hizo hermano de la Bofetá hasta 1961, ahora la de los 75 años, ¿por qué no? Así se lo deseo a la Virgen que me lo cuide muchos años para que yo pueda verlo.

    Un abrazo y gracias por acordarte de él.

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  5. ¡Qué dulce es tu nombre, María
    en tu ojos de azabache, plata
    y caramelo, cuando te miran,
    Señora, al corazón, con tal lealtad!

    Recibe Señora a este tu hijo,
    siempre y como ahora, que te ama,
    te mira, siente, comparte, trabaja, lucha,
    enseña, crea, procrea y
    no solo llena de amor la vida:
    Amar es vivir, y él está y estará
    firme y derecho, con sus rodillas quebradas
    siempre sincero y noble ante ti.

    Dios te salve María. Amén.
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    Con todo cariño y ternura hacia tu señor padre, que nos invitó a un helado en la víspera del Corpus.¡Qué grande es Dios, que nos permite amar!

    ¡Dios bendiga siempre a tus padres!

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