En estos duros momentos de la pérdida de tu padre, poco o nada podrán mitigar mis palabras tu dolor. ¿Por qué? será la pregunta que más veces asalte tu cabeza, sin que ella pueda darte una explicación coherente a tu dolor. Vuelvo a reiterarte lo que ayer ya te dije por teléfono. Aquí me tienes para lo que necesites. Y una última cosa, apóyate en Él, del que tu padre ya goza de la presencia eterna, pues verás como los tragos, son tragos menos dolorosos.
Un fuerte abrazo, amigo, hermano y cuñado. Descanse ya tu padre en la paz del Señor Prendido.
(Foto by Jaime Galán Rueda)
Yo también me uno a ese deseo de que el Señor Prendido llene el corazón, ahora dolorido, de Juanse y de su familia de consuelo y resignación. Un abrazo
ResponderEliminar