lunes, 15 de febrero de 2010

EL DÍA DE LOS ENAMORADOS: A MI NIÑA PILAR

"La eterna primavera" (1884). Auguste Rodin

No soy partidario de esta celebración, que entre Ramón Areces, presidente-fundador de El Corte Inglés, y Pepín Fernández, fundador de Galerías Preciados, importaron del mundo anglosajón como modo de recuperarse económicamente del periodo de rebajas, cobrando a precios prohibitivos sencillos regalos que en otras fechas del año se venden a precios normales, como las manidas rosas o los bombones.

La visión de esta escultura de Auguste Rodin ha desembocado en que dedique una entrada al día de los enamorados, porque no somos nada sin él. Y, en mi caso, no soy nada sin Pilar, la media naranja que me completa desde hace seis años.

Dice el refrán: "Quiéreme cuando menos lo merezca, porque será cuando más lo necesite". Quizás puedas pensar que en los últimos días, semanas o meses mi amor hacia ti, querida mía, haya descendido. Nada más lejos de la realidad. Cada día te necesito más y deseo que acabe esta espiral de mala racha que me impide, nos impide, empezar a proyectar nuestra vida en común.

Ojalá leas esto y sepas entenderme. Yo mientras tanto intentaré devolverte todo lo que te mereces. Te quiero con locura.

Un beso mi niña. Te quiero

1 comentario:

  1. Siendo Dios
    esencia
    e identidad,
    quiso para nosotros
    igual.
    Y en don
    que se eleva,
    como el sol
    intenso
    en la armonía
    espléndida
    de las luces
    contenidas
    en limpia luna,
    hace, de dos,
    unidad.
    Y ahí esta Él.
    Y se llama Amor.

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