Con mi buen amigo Juan Raya, en los instantes previos a la salida de la Virgen del Rosario de Sta. Catalina
De izquierda a derecha: Juan Raya, Luis Miguel Sánchez Fajardo, servidor y Jesús Sánchez Fajardo
Cuando este pasado verano, en uno
de mis viajes a Sevilla, telefoneé a mi amigo Rafa Ríos para vernos y charlar un rato, no pensaba ni por un momento
que aquello derivara en lo que ocurrió el pasado día 1 de Noviembre. Hablamos,
como no podía ser de otra manera, de cómo había transcurrido la Semana Santa
para ambos. Lo cierto es que la mayor parte del tiempo la pasamos comentando
como había ido el Jueves Santo en nuestra Hermandad del Prendimiento y Rosario
de Linares. Aquella tarde le comuniqué
mi intención de asistir a cuantos ensayos de costaleros me fuera posible con un
motivo claro, el de poder nutrirme de ideas y conocimientos nuevos para
seguir haciendo grande esa cuadrilla de
palio que tan comprometida está y de la que me enorgullezco de poder mandar, y
para ello le pedí su ayuda.
Nos volvimos a ver en Linares en
el mes de Octubre; durante el Besamanos de Ntra. Sra. Del Rosario, me comentó
la posibilidad de asistir a los ensayos de la Virgen del Rosario de Santa
Catalina y le dije que estaba dispuesto. Así que a los pocos días recibí un
mensaje suyo en el cual me cursaba invitación formal del capataz de dicho paso
para asistir al ensayo del día 21.
Aquel domingo por la mañana quedamos
junto al Arco de la Macarena para desde allí irnos hasta la calle San Blas
donde estaban citados para el ensayo. Nada más llegar me presentó a Luis Miguel
Sánchez Fajardo y a parte de su equipo (Jesús Corpas, Ángel Fernández y Jesús Sánchez). Lo único
que puedo decir es que desde el primer momento me hicieron sentirme como uno
más de la cuadrilla, como si nos conociéramos desde siempre. Tras finalizar el
ensayo Luis Miguel me emplazó a acompañarlos el día de la salida.
El día de Todos los Santos cuando
a las 6,30 desde la Iglesia de San Román la Virgen del Rosario salía a la calle
me sentí raro, al recorrer unas calles que no me eran familiares, pero a su vez
arropado por Luis Mi y la totalidad de su equipo que a pesar de ir pendientes
de su trabajo no dejaban de preocuparse para que me sintiera integrado, cosa
que con gente de esta talla humana no es nada difícil. Según íbamos avanzando
en el recorrido trataba de no perder ni un solo detalle, tanto de los que
mandan desde fuera como de los que van debajo y que son unos verdaderos
privilegiados por llevar a la Madre de Dios sobre su costal.
Ni por un momento llegué a pensar
lo que más tarde ocurriría en la Plaza de San Pedro y que fue algo que no podré
olvidar jamás. Nunca pasó por mi cabeza el tocar ese llamador y mucho menos el
poder mandar ese paso. Desde ahí y hasta
la vuelta a San Román solo pensaba en que ya quedaba poco y que la sensación de
felicidad que tenia no podía hacerme olvidar el verdadero motivo por el que
estaba allí. Cuando todo finalizó solo acudía
una palabra a mi cabeza: ¡¡GRACIAS!!...
… A ti Luis Mi, por tu interés,
por tu confianza y sobre todo por tu generosidad; a tu equipo por la acogida
que me dio y por la sensación de familia que trasmiten y a tu cuadrilla por
derrochar tanto trabajo bien hecho.
¡¡GRACIAS!! también a ti Rafa por
preocuparte de las inquietudes de este humilde capataz que una vez más llamó a
tu puerta y como siempre la encontró abierta. Que la Virgen del Rosario te
colme de bendiciones.
(Texto y fotos by Juan Raya, capataz de Ntra. Sra. del Rosario en sus Misterios Dolorosos de Linares)
enhorabuena Juan, ahora a seguir aprendiendo y a aplicar lo aprendido. Todos debemos hacer esto, pero tú has tenido una gran suerte que otros no tienen. Aprovechalo.
ResponderEliminarFelicidades Juán, se muy bien esos sentimientos de los que hablas, cuando yo trabajé con esta gente el primer paso me sentí igual que tú, arropado en todo momento y sin parar de aprender. Un lujo trabajar con Luismi y su equipo. Un abrazo.
ResponderEliminarBien Rafa, que grande eres¡¡