martes, 30 de octubre de 2012

ROSARIO DE LA AURORA PARA RECORDAR...











Ha sido un fin de semana para enmarcar y recordar durante largo tiempo. El sábado, recién llegado a Linares, asistía a la Función Principal en honor de la Virgen del Rosario, la cual lucía esplendorosa en su altar, bella arquitectura efímera levantada en el centro del presbiterio en su honor, donde hacía años que no presidía unos cultos, y que solo recordaban los hermanos más antiguos de la corporación.

Pero quedaba la guinda al pastel de los majestuosos cultos celebrados en honor a la Virgen del Rosario durante este mes de octubre y esa guinda era el Rosario de la Aurora. Con la incertidumbre de si la mañana amanecería lluviosa, con la esperanza de que los fantásticos partes meteorológicos que manejábamos se cumplieran y con la ilusión de un niño con zapatos nuevos, madrugamos más que nunca para ir a su encuentro.

Veinticinco auroras paseando por Linares su bendito nombre conmemoraba este año la Virgen del Rosario y se ha querido celebrar de una forma muy especial. ¡Y qué mejor forma que acudir a visitar a la madre de todos los linarenses, Ntra. Sra. de Linarejos, Patrona y protectora de la ciudad!

Sobre las andas pequeñas de la Patrona, cedidas gentilmente para la ocasión, a las 8:00 h. de la mañana partía un nutrido cortejo de hermanos desde la Parroquia de San Agustín, acompañado por representaciones de todas las Hermandades y Cofradías de la ciudad, que con paso firme encaminaban sus pasos hacia la ermita donde mora y se venera a la Virgen de Linarejos. Pese al frío que nos acompañó toda la mañana, en ningún momento se vio la Señora sola, siendo constante el ir y venir de hermanos, fieles, devotos y vecinos que se acercaban a verla, portarla o admirarla espléndidamente vestida de sol, tal como la visionara San Juan Evangelista, según se recoge en las páginas del Apocalipsis.

A nuestra llegada a la ermita fuimos recibimos con el alegre tañer de las campanas de su espadaña, viviéndose momentos de gozo y emoción al contemplar a las dos grandes devociones marianas de la ciudad, Rosario y Linarejos, frente a frente. D. Javier, nuestro párroco y director espiritual, sacerdote profundamente mariano, saludaba a los presentes con el rezo del Ángelus. ¡Qué importaba que no fuera la hora litúrgica para este rezo, si eran los corazones lo que nos pedían!

Tras la Eucaristía, presidida por D. Javier, y concelabrada por el Vocal de la Agrupación de Cofradías de Linares y el Capellán de la ermita, poníamos fin a esta histórica visita con el canto de la Salve Popular o Himno a la Patrona de Linares, sucediéndose las fotografías de familia de recuerdo entre todos los asistentes.

Pero quedaba la vuelta.... Y si la ida fue majestuosa, la vuelta le fue a la zaga, acompañada por un cada vez más numeroso público, así como por los sones musicales que espléndidamente interpretaron los componentes de su Banda de CC. y TT. Ntra. Sra. del Rosario.

Entenderán los lectores de este humilde blog que los momentos de emoción se sucedieran a lo largo del recorrido. Costaba trabajo abandonar la ermita, costaba despedirse de la Virgen de Linarejos, pero la Virgen del Rosario debía volver a su casa, a su Parroquia de San Agustín. A los hombros de sus hermanos y también de sus hermanas, que la portaron con devoción y entrega en gran parte del recorrido de vuelta por el Paseo...

El canto de la salve, ya en San Agustín, ponían el broche de oro a una jornada histórica, rematada posteriormente con la convivencia celebrada en la patio de la parroquia, donde los presentes pudimos disfrutar de una espléndida comida, rememorando tiempos pasados donde la unión era una constante en esa Hermandad y que esperemos que jamás vuelvan a perderse.

Una vivencia muy personal y especial fue la mía propia. Tuve claro desde el principio por quién y para quien aplicaba yo esta salida: por mi hermano Pepo. Estamos cerca de abandonar, ¡por fin!, este túnel, y que mejor forma de hacerlo que cogidos de su mano. Reconozco que yo no soy de Linares, reconozco que yo no soy de los "puros" del Prendimiento, pero que duda cabe que la Virgen del Rosario, cada vez más, va ocupando su hueco en el corazón de los sentimientos.

Ha sido un Rosario de la Aurora muy especial para mí, por haber podido disfrutar tanto de Ella, por poder colaborar en todo cuanto se me pidió, fruto de la cual vino mi salida como acólito ante sus andas. Pocos cofrades podrán decir en su vida, que han salido como acólito ante sus tres Dolorosas: Esperanza Macarena, Dulce Nombre y Rosario.

Gracias, Madre Mía, por permitirme disfrutar de esta histórica jornada junto a Tu vera.

-A mi amigo Alejandro Corrales Delgado, que soñó con organizar este culto público y ha hecho realidad el anhelo de todos los cofrades del Prendimiento y Rosario de Linares-


(Fotos by Jaime Galán Rueda, J. Rodríguez Verilla, Diego Alarcón Jiménez, José Antonio Corrales Delgado, Antonio Acuña Cuevas, Cristóbal García Marín

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