sábado, 12 de mayo de 2012

CUANDO EL ARTE SE INSPIRA EN EL ARTE




 Diversas fotografías del "Hermafrodita dormido"o "Hermafrodita Borghese" en el Museo del Louvre de París

La entrada que publiqué ayer, referente al plagio del cartel de la Feria de Almería de 2008 me ha hecho reflexionar sobre donde se termina la "inspiración" en una obra y comienza el plagio. Y rebuscando entre mi archivo de imágenes artísticas, me he encontrado con estas tres obras, cada una de ellas únicas en su estilo, las cuales tienen la virtud de inspirarse las unas en las otras, sin caer en la burda fácil y el copieteo, creando nuevos parámetros de representación que se traducen en nuevas obras, todas de una calidad artística insuperable.

La primera de estas obras es una impresionante escultura conservada en la actualidad en el Museo del Lovre de París, conocida como "El Hermafrodita dormido" o "El Hermafrodita Borghese", copia romana del s. II d.C. de un original griego del periodo helenístico, excava y descubierta en Roma entre 1608-1620. 

Esta bella escultura narra la historia mitológica de Hermafrodito, hijo de los dioses Hermes (mensajero de los dioses del Olimpo) y Afrodita (diosa del amor y la belleza), el cual fue abandonado por su madre siendo niño, al sentir remordimientos de su adulterio, siendo criado por las ninfas del monte Ida (Frigia). Cuando creció y se transformó en un bello joven, la ninfa Salmacis trató de conquistarlo, y al negarse, lo arrastró hacia el fondo del lago del que era protectora, mientras suplicaba a los dioses que no permitieran que sus cuerpos se separaran. Los dioses, conmovidos por las súplicas de la ninfa, hicieron que ambos cuerpos se fusionaran para siempre en un ser que tuviera atributos de los dos sexos. Por este motivo la escultura que nos ocupa presenta genitales masculinos y senos y glúteos femeninos.

Como dato anecdótico el colchón sobre el que reposa la escultura fue realizada por Bernini en 1619, tras proceder a su restauración.

Esta obra del Hermafrodita fue conocida por Velázquez durante su estancia en Roma, dónde había sido enviado por el monarca español, Felipe IV, entre otros asuntos, para adquirir obras de arte de la antigüedad clásica (Grecia y Roma). Quedó fascinado al contemplarla, encargando un vaciado en bronce de la misma que, en teoría, mandó a España. Lo que si es seguro es que la visión del Hermafrodita le inspiró la realización del cuadro conocido como la "Venus del Espejo", fechado entre 1647 y 1651, curiosamente cuando se documenta el segundo y último viaje de Velázquez a Roma. Se dice que en este cuadro Velázquez retrató a la que era su amante, la pintora romana Flaminia Triunfi o Triva, hermana y ayudante del también pintor Antonio Doménico Triva, y probablemente madre del hijo bastardo que el pintor sevillano tuvo en Roma, llamado Antonio de Silva.

Este hermoso lienzo perteneció a Gaspar de Haro y Guzmán, VII Marqués del Carpio, pasando posteriormente a su hija, Catalina de Haro, VIII Marquesa del Carpio, la cual casó con Francisco Álvarez de Toledo, X Duque de Alba. El mismo permaneció en poder de la familia Alba hasta que fue vendido en 1802, por mandato de Carlos IV, a Manuel Godoy, favorito y primer ministro del pésimo monarca. En 1813, durante la Guerra de la Independencia, fue expoliado terminando en Inglaterra, pasando por diferentes propietarios particulares, hasta que en 1906 fue adquirido por la National Gallery de Londres, la cual abonó la suma de 45.000 libras.

Muchos son los cuadros que se inspiraran en el original velazqueño, tales como la "Maja desnuda" de Goya, la "Olympia" de Manet o el "Desnudo de mujer" de Sorolla.

En esta última obra referida, Sorolla reconoce el magisterio de Velázquez con la realización de este desnudo para el que posó como modelo su esposa Clotilde, inspiración y musa habitual del artista, a la que también retrataría desnuda en multitud de ocasiones, como en el lienzo titulado "Desnudo de mujer", fechado en 1910. Una sencilla composición donde Clotilde es plasmada con toda la rotundidad y la belleza de su cuerpo, recostada sobre un camastro de telas de raso en tonos rosados y una espléndida colcha de encajes.

Sorolla, que había contemplado la "Venus del Espejo" de Velázquez, en una fugaz visita realizada a Londres en la primavera de 1902, quedó profundamente impactado tras visionarlo, llegando a escribir estas líneas sobre el cuadro: "Velázquez magnifico, a la Venus le sobran cosas". Desde Londres, enviara una postal a su esposa, ilustrada con una fotografía del referido cuadro, con esta dedicatoria: "El trozo de carne más humano del museo, es lo que te envía tu Joaquín". En el otoño de 1902 daba por concluido su "Desnudo de mujer" con el que Sorolla homenajeaba a Velázquez.

Tres magníficas obras, excepcionales por si solas, las cuales influirán en la realización de nuevas obras, sin caer por ello en la falsa copia o en el plagio descarado de una idea. Una premisa que muchos "artistas" deberían tener presente a la hora de enfrentarse ante el lienzo desnudo o la pella de barro.

(Fotos by Wikipedia, Comunidad El País, AmbienteG; datos by Wikipedia, Comunidad El País, I Art Colegio de Museografía y "Venus ante el espejo: Velázquez y el desnudo" de Andrea Prater)

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