Hace dos mil y pico de años, en un humilde establo, venías al mundo para manifestar tu Poder. Ante tí se reclinaron pastores, labradores, alfareros, leñadores..., gente sencilla y de bien que te traían un presente, pero también reyes y magos. Unos te adoraban con presentes agoreros, otros como Herodes, ya te temían siendo solo un Niño y por eso desearon tu muerte.
Han pasado dos mil y pico de años y aún sigues moviendo conciencias, siendo la verdad incómoda del mentiroso, del ladrón, del corrupto, del menesteroso. Y por eso hoy, como manifestación de tu infinito Poder, cuando las campanas en Sevilla replican a gloria, recibirás la visita y el beso de cientos de sevillanos.
No han terminado las fiestas y ya empieza lo bueno. Y qué mejor forma, que hacerlo ante el Señor del Gran Poder que hoy culmina su Quinario en Función Solemne, mientras mi Cristo de la Sentencia y Jesús de la Pasión son expuestos en Besamanos. ¿Qué más se puede pedir?
(Foto by Arte Sacro)
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