miércoles, 15 de junio de 2011

SE VEÍA VENIR.....



Partamos de la base de que yo no soy ni rociero, ni almonteño. Y me explico, le tengo devoción a la Virgen del Rocío, por vivencias muy especiales que he tenido a su lado, como aquellos dos maravillosos veranos como monitor en las colonias de la Hermandad del Rocío-Macarena, pero no comparto todo lo que rodea a esta ¿romería?

No me considero rociero porque, primero, jamás he asistido a la romería del Rocío, -si a alguna pará, al Rocío Chico y al traslado de Almonte a la aldea y viceversa-, y de lo no vivido no puedo hablar, y segundo, porque no comparto muchas de las cosas que veo que rodean a esta fiesta.

Dice el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, en sus dos primeras acepciones, que "romería" es: "viaje o peregrinación, especialmente las que se hacen por devoción a un santuario" ó "fiesta popular que con meriendas, bailes, etc., se celebra en el campo inmediato a alguna ermita o santuario el día de la festividad religiosa de un lugar". Sin embargo, sobre todo en los últimos tiempos, más se parece la Romería del Rocío, a lo que el referido diccionario dice al respecto en la tercera de su acepciones: "gran número de gentes que afluyen a un sitio", lo que me lleva a plantearme si muchos de los que van a "ese sitio" saben para que van.

No comparto el espíritu de la Romería del Rocío, el gran pretexto del Ayuntamiento de Almonte para sangrar a cuantos por devoción se acercan a la Aldea en estos días. Y tampoco comparto la visión egoísta que muchos almonteños tienen con la imagen de la Virgen del Rocío; entiendo que la sientan como suya, al ser la Patrona de Almonte, pero de ahí a que nadie que no sea almonteño pueda acercarse a la Virgen como no sea con su consentimiento..., aparte de las consabidas malas formas que se gastan muchos de ellos.

Siempre que estas dudas atenazan mi alma, me miro en el espejo de siempre, mi padre y me pregunto que muchos a qué o para qué van. Mi padre, al que ya mi abuelo Pepe le predijo que sería "un gran rociero", me cuenta, con estupor, que en la pasada "Misa de romeros" -analicemos el número de peregrinos que acompañan a cada filial y comparémoslo con el número de asistentes a dicha misa y veremos que es irrisorio- un grupo de romeros pertenecientes a una pro-hermandad de un municipio de la vega sevillana se encontraban durante la celebración de la misma fumando tabaco y lo que no es tabaco y hablando por el móvil, con el lógico malestar de los fieles que con devoción asistían a la celebración de la Eucaristía.

Conozco muchos ejemplos de personas que participan de la juerga y la jarana de los días de camino, para volverse a Sevilla cuando llegan a la aldea, primando más los aspectos folclóricos que los devocionales. Una prueba más del flaco favor que hizo la Junta de Andalucía calificándola como Fiesta de Interés Turístico. Al Rocío no debe irse por el cachondeo, sino por devoción, pues es, por encima de cualquier otro tipo de manifestación, un fiesta religiosa, mal que le pese a algunos.

La evidente falta de valores de nuestra sociedad tiene su fiel reflejo en este tipo de fiestas, de la que tampoco se escapa la juventud almonteña. La imágenes que cada año muestra Canal Sur de la salida de la Virgen, tras protagonizar el "salto de la reja", nos muestra a una gran turba que, a puñetazos limpios, se abren paso para intentar portar las andas de la Señora. ¿Alguien concibe que los que se llaman hermanos puedan pegarse por eso, y menos ante una imagen sagrada que representa la Virgen María? ¿Eso que es devoción o idolatría?

¿Se imaginan a un nazareno dando porrazos con el cirio o con la vara porque la bulla no deja avanzar al discurrir de la cofradía? Seguro que sería convenientemente recriminado por su incorrecta actitud.

Cuentan ahora los medios de comunicación que se palpaba este año un ambiente enrarecido en la Aldea, que los "viejos almonteños", los que de verdad si saben de devoción y de romerías, habían desistido de portar este año a su Patrona. Lo de menos es la rotura de un varal de su paso, cuyo coste no ascenderá en absoluto a lo que cobra una institución laica, como es el Ayuntamiento de Almonte, por beneficiarse de una fiesta religiosa.

Lo que debe hacer reflexionar, a unos y otros, es que al Rocío se va por devoción a la Virgen, aquella imagen que según la tradición encontrase en las marismas un pastor manriqueño. Todo lo que no sea acercase a Ella con fe y con respeto es un hecho banal. Y si balizamos estaremos poniendo a la misma altura a la Virgen del Rocío, quizás la imagen con mayor devoción de Andalucía, con el becerro de oro que idolatró el pueblo de Israel.

(Foto by ABC de Sevilla)

5 comentarios:

  1. Y conste, antes de que nadie se me enfade, de que estos pensamientos que expongo están hechos desde el respeto.

    Me gustaría que todos los que fuesen al Rocío lo hiciesen con la devoción que lo hace mi padre, aunque se que eso es un imposible.

    No se puede tratar a la Virgen como una propiedad, pues la Virgen no es de nadie. Esperemos que la rotura del varal sea solo una anécdota más y quede solo como un triste recuerdo.

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  2. Gracias Manuel por tus palabras. Un abrazo

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  3. AMEN¡¡ y pienso que te has quedao corto, yo definiria más esto como "feria"...vaya tela, un abrazo amigo.

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  4. Pero en todo el clavo vamos, Yo no e ido al Rocio nunca e ido a los traslados y creo que ahi mas fe ahi que en el mismo Rocio pero bueno , esperemos que sea leve el daño del varal. pero que estoy totalmente contigo Rafa y mira que ami me gusta el Rocio

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