Fue en uno de los noticieros deportivos de una cadena de televisión cuando dio a conocer el amparo al que se encomendaba antes de empezar cada carrera. En el interior de su casco de pilotaje, adherido en uno de sus laterales, guardaba el secreto de su protección: una estampa de la Santísima Virgen de la Esperanza Macarena. Allí se la había colocado su madre para que le protegiera, para que le preservara de los accidentes que suelen producirse en el transcurso de las carreras.
Su ascendencia devocional a Nuestra Señora de la Esperanza viene transferida por línea de consanguineidad. Su bisabuela materna ejerció sus labores de maestra bordadora nada menos que en el taller de Juan Manuel Rodríguez Ojeda, transmitiendo toda la devoción que mantenía a la Reina de San Gil, a sus descendientes, aún habiendo tenido que marchar a Cataluña. Muy especialmente caló la admiración por la Santísima Virgen en la madre del joven piloto de la escudería de Toro Rosso que suele desplazarse a Sevilla, en la Madrugada del Viernes Santo, para ver la estación de penitencia de la Hermandad de la Macarena.
Jaime Alguersuari llegó acompañado por su padres y del que hace unos años fuera presidente de la Federación Española de Motociclismo y en la actualidad Director del Circuito de Carreras de Jerez, D. Juan Álvarez Pérez, dándose la curiosa circunstancia de que fue integrante de la primera cuadrilla de hermanos costaleros de nuestra Hermandad.
Fue recibido por D. Manuel García García, Hermano Mayor, por D. Jesús Borjabad García, Consiliario Cuarto y por D. Antonio del Pino Jimeno, Mayordomo de Nuestra Señora del Santo Rosario, que lo acompañaron y guiaron por la instalaciones del Tesoro de la Hermandad, culminando la visita en el Camarín de Santísima Virgen de la Esperanza, ante la que oró y realizó una ofrenda floral. La Hermandad hizo entrega de un cuadro con la Imagen de Nuestra Señora de la Esperanza Macarena, fiel auxiliadora en sus lides automovilísticos.
(Texto&fotos by web Hermandad de la Macarena)
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