viernes, 1 de octubre de 2010

CUANDO LA SOBERBIA SE REVISTE DE SOTANA

Momento de la misa de consagración de la nueva mesa de altar. Al centro Monseñor del Hoyo López; a su derecha, -izquierda para el lector-, el amigo párroco autor del hurto


Detalle de la horrenda mesa de altar, mal trasunto y copia de un bello diseño

Medallón o cartela concebida por Alfonso González Palau para la mesa de altar de la Parroquia de San Mateo de Baños de la Encina (Jáen)

El pasado domingo 28 de septiembre, mientras la Virgen de Regla era coronada canónicamente por Monseñor Asenjo en la Catedral de Sevilla, se consagró, como estaba previsto, el nuevo altar mayor de la Parroquia de Baños de la Encina.

El mismo fue ideado y diseñado por mi amigo, el escultor linarense Alfonso Gónzalez Palau, quien concibió una mesa compuesta por anaqueles, stipes, mensa y columnas. Como único elemento decorativo llevaba una cartela en bronce, a modo de medallón, compuesta por un altorelieve en el que se representaba la escena de "la Cena de Jesús con los discípulos de Emaús". Se completaba dicha cartela con el escudo del Obispo de Jaén, Monseñor Ramón del Hoyo López, y diversas alegorías vinculadas a la parroquia de Baños de la Encina. Por la ejecución del diseño, dibujo de la referida mesa y la ejecución del boceto del medallón mi amigo Alfonso iba a cobrar la irrisoria cantidad simbólica de 600€.

A principios de septiembre el párroco de Baños de la Encina le comenta la imposibilidad de ejecutar el diseño planteado, debido a su elevado coste, quedando el proyecto paralizado "sine die".

Cual es nuestra sorpresa al comprobar, el pasado domingo, que la mesa bendecida en solemne función parroquial por el Obispo de la Diócesis de Jaén, Monseñor del Hoyo López, no es otra que la diseñada por mi amigo Alfonso, aprovechando para ello sus dibujos, idea y diseño, fruto de meses de estudio y trabajo, con la salvedad de que la cartela prevista ha sido sustituida por la alegoría del Amor Eucarístico (Pelícano rajándose el pecho para dar de comer a las crías).

Para la Iglesia Católica la soberbia es el primero de los pecados capitales que existen, según la lista que escribiese Santo Tomás de Aquino. En el arte la soberbia es reflejada con una variada simbología como pueden ser el caballo, el murciélago, el pavo real, el león o el espejo. Especialmente interesante es el espejo, pues refleja al yo humano, sin reparar en el yo divino, es decir, que todos estamos hechos a imagen y semejanza de Dios y es en Él en quien debemos mirarnos.

Me pregunto en que espejo se habrá mirado este "pobre diablo" revestido de sotana para cometer tal tropelía. Hurto es apoderarse de manera ilegítima de un objeto mueble, y a fe que los dibujos de Alfonso lo eran. Me consta el pesar de mi amigo Alfonso por como se han sucedido todos estos acontecimientos. Otra persona lo denunciaría. Él simplemente calla, en su amargura, ante la traición cometida por el que creía ser su amigo y con el que compartió mesa y mantel en su propia casa en varias ocasiones.

Lo que más le duele a Alfonso, en lo más profundo de su alma, él que es cristiano completamente convencido, es la afrenta causada a Dios. Y no por el robo de su diseño, sino por la mamarrachada mesa de altar que se ha construido, más propia de un panteón "progre" de nuevo rico, que de un lugar donde se ofrezca cada domingo a Dios el sacrificio de su Cuerpo y de su Sangre en el rito de la Eucaristía.

Quizás, porque son muchas las veces, demasiadas en los últimos tiempos, en que quienes deberían predicar con el ejemplo nos hacen dudar de nuestra Fe, no está tan mal el aserto que yo le espeté a cierto sacerdote sevillano hace más de quince años: "¡Quítate el alzacuellos y vámonos a darnos...!". Al final, son solo hombres, que cometen los mismos pecados capitales que nosotros abusando de su condición de "ministros de Dios".

(Foto by Alfonso G. Palau& archivo Rafael Ríos Delgado)

1 comentario:

  1. <>....AMEN Rafa, yo creo que te as atrevido a decir lo que todos pensamos.Ya esta bien de permitir que hagan y deshagan a su antojo, porque hay veces que cometen verdaderos atropellos como el que tu acabas de describir.

    En fin, como tu bien dices, solo son hombres...

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