La depurada estética de la Hermandad de Santa Marta no ha sido siempre tan mística y sobria como hoy en día la conocemos. En los años sesenta y setenta se hicieron varias probaturas antes de dar con el sello definitivo que hoy les caracterizan. Estas probaturas pasaron por vestir a las imágenes de la Virgen de las Penas y Santa Marta con anchos polleros, tocas de encajes, tocados vaporosos o adornar el alguna ocasión el paso con claveles rojos en vez de lirios.
La fotografía que les traigo hoy muestra a Santa Marta ataviada, para una función en su honor, como una imagen letífica o de gloria al uso, con un manto claro en tonos coral, amplio tocado de encajes y manto dispuesto muy abierto. Así mismo, entre sus manos, presenta una bandeja de metal con frutas -muy posiblemente de plástico-, para resaltar su condición de Patrona del gremio de la hostelería.
Una curiosa instantánea que nos demuestra como el tiempo pasado no fue siempre mejor.
(Foto by Elena Melero Polo)
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