Las niñas Marta y Mónica Sánchez Hoyos, cofrades desde la cuna, acompañando a la Cruz de Mayo del Lavatorio o del Pópulo
Pasitos de la Cruz de Mayo del Lavatorio, el misterio del Lavatorio y el palio con la Virgen del Pópulo
Pasito de la Cruz de Mayo de la Pila del Pato en el Patio de los Naranjos de la Colegial del Divino Salvador
Dos procesiones infantiles, que a lo largo de este mes de mayo han recorrido las calles de Sevilla, debemos de calificarlas como auténtica cantera de las cofradías sevillanas, pues aunando los juegos con el gusto por las cofradías los más pequeños aprenden a hacerse cofrades.
Estas dos procesiones, la del Lavatorio o Pópulo y la Cruz de la Pila del Pato, junto con la desaparecida Cruz de Mayo de los Venerables, han sido las canteras en las que muchos hemos iniciado nuestra vida como costaleros, con poco más de 10 anitos. Mismas ganas, misma ilusión y mismos modos de lo que veíamos en Semana Santa.
La Cruz del Lavatorio fue creada hace más de veinticinco años por Francisco Ruíz Solís, el cual, recondando la existencia de la extinta y antigua Hermandad del Sagrado Lavatorio y Ntra. Sra. del Pópulo, con sede en la iglesia de Santa María la Blanca, decidió tomar dichas advocaciones para los titulares de su cruz de mayo.
En esta largo discurrir esta procesión infantil ha procesionado desde la calle Archeros, cercana a la iglesia de Santa María la Blanca, de la calle Conde Ybarra y de la Plaza del Cristo de Burgos, desde donde lo hace actualmente.
Persona fundamental en la dilatada trayectoria de esta tradicional procesión infantil ha sido Francisco Gerena Gaitán, autor de los dos pasos procesionales, así como de todo el juego de insignias que componen el cortejo, donde no faltan insignias tradicionales de cualquier cortejo cofrade, como la Cruz de Guía, el senatus, el estandarte e incluso las bocinas. Digno es de reseñar el inestimable apoyo que desde hace unos años vienen prestando a esta procesión los destacados cofrades Luis Miguel Martín Rubio y Luis Miguel Sánchez Fajardo.
La Cruz de la Pila del Pato, así llamada porque ha procesionado durante muchos años desde un garaje situado junto a la plaza de San Leandro, donde se ubica la Pila del Pato, es toda ella una excepcional obra de orfebrería que Juan González, (rebautizado por el bueno de Manolo Picón como Juan "el patriarca"), orfebre aficionado, ha ido cincelando a lo largo de los años, construyendo en precioso paso con formas neorrenacentista y que ha salido a la calle gracias al sustento económico de unos cuantos, principalmente de la familia León. Desde el año pasado este pasito es procesionado por la juventud del Rocío de Sevilla, corporación que asume los gatos derivados de la procesión (flores, banda, bocadillos y refrescos) y que le han dado un mayor esplendor si cabe.
Dos procesiones infantiles, de canteras de cofrades y futuros costaleros, que no sabemos el innegable trabajo que están haciendo por las generaciones futuras. Quizás por ello Sevilla siempre las arropa en la calle.
(Fotos by pasionensevilla, arte sacro & Luis Miguel Sánchez Fajardo)
Curiso, yo también me inicié en el paso del Duelo de la Hermandad del Santo Entierro, pasando posteriormente por la Canina y la Urna, antes de entrar en mi Cristo de la Bofetá.
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