MI SEMANA SANTA 2010: MIÉRCOLES SANTO

La torería de la Piedad del Baratillo, radiante al sol del Miércoles Santo

Nazarenos del Bartillo formando en la Real Maestranza

Mejías..............

y Luismi Fajardo, los dos grande contraguías de la Virgen de Regla

La Reina del Miércoles Santo, la Virgen de Regla, por la plaza del Duque, en dirección a la Campana

El Miércoles Santo es el día de la felicidad personal, tras el gran paseo que le dimos a Jesús ante Anás la noche anterior. Nuevamente los compromisos profesionales me permitieron volver a visitar varios templos, como el Baratillo, las Siete Palabras en San Vicente, el Carmen Doloroso en Omnium Sanctorum, los Panaderos en su capilla y el Cristo de Burgos en San Pedro.

Por la tarde, y siguiendo los ritos ya sumidos, fui al Centro de Atención al Costalero que el Colegio de Fisioterapeutas instala, de manera altruista, cada año en la Casa de las Sirenas. Antes, mientras esperaba mi turno, tuve tiempo de ver el paso de la Hermandad del Carmen Doloroso por la Alameda de Hércules. ¡Qué gran trabajo están haciendo también los Gallegos en esta Hermandad con las dos cuadrillas!

Culminado el masaje, acudí al encuentro de la Hermandad del Buen Fin por la zona de San Lorenzo, antes de encaminarme hacia la Campana. Reconozco que el Miércoles Santo me lo tomo con más tranquilidad, para descansar del Martes y en espera de la Madrugá, que este año además se prolongaría con el Viernes Santo.

Es el Miércoles Santo un día de barrios señero y de collaciones ilustres. Ver entrar a San Bernardo es retrotraerte varios años. Echamos este año en falta a D. José Álvarez Allende, el perfecto párroco, tocado con su bonete, revestido con su sotana negra y portando la vara de Director Espiritual. ¡Cuanto tendrían que aprender muchos curas de D. José!

Ver San Bernardo es ver un trozo de la historia de Sevilla, con sus dos soberbios pasos, con la belleza de su Crucificado de la Salud, con la escolta de artilleros, con la última tanda de la candelería con los tubos con forma de cañón, con el recuerdo de grandes toreros de San Bernardo, como los hermanos Vázquez, con su monte de claveles salpicado de lirios...... Cuanta nostalgia y cuanta historia en un solo cortejo, como la que sentiría el amigo Manuel Dalí, -uno de mis locos de la Conastilla-, en su corazón, al no ir ya como costalero del Señor.

Al paso de la Hermandad del Buen Fin se hechó en falta la presencia habitual del Arzobispo Fray Carlos Amigo, así como una mejoría en ambas cuadrillas de costaleros. La revirá del paso de Cristo fue, sinceramente, para olvidar. Lo siento por mi amigo Luis Cárdenas, pues me consta que se esfuerzan y mucho. Quizás el problema venga de alante......

Todo lo contrario que con el misterio de la Lanzada, al que la gente de Ismael Vargas parece haberle perdido el miedo, lo que se ha traducido en una franca mejoría en su manera de andar. Lo mismo puede decirse del palio de la Virgen del Buen Fin, que este año en mayo procesionará de manera extraordinaria, al cumplirse el Bicentenario de su hechura por Juan de Astorga. En el palio el amigo Paco Piosa seguía como contraguía, mientras que debutaba como segundo Mauriño que tantos años trabajó en el equipo de Santiago..... Por cierto, soberbia también la actuación de la Banda de las Tres Caídas tras el misterio; un placer ver al amigo Iván Povedano rufando el tambor. Maestría en sus maneras.

Y llegaba la otra Hermandad torera, el Baratillo, en la que el que escribe sucumbe ante la belleza del misterio de la Piedad, quizás unos de los más conjuntados pese a ser moderno. Soberbio el Cristo de las Misericordias de Ortega Bru. Muchos amigos salen en las filas de esta cofradía, los Uribe, los Quintero, pero sobre todo, mi amigo Tin, que volvía a salir de diputado de tramo, tras muchos años...... Y en el palio, era el primer año que Rafael Palacios no comandaba el palio de la Virgen de la Caridad, tras jubilarse el año pasado.

El Cristo de Burgos pone de nuevo ese contrapunto de silencio en la Campana. Maravillosa es la imagen del Crucificado, obra de Juan Bautista Vázquez "el Viejo", el cual resalta sobre manera en la canastilla renacentista de José Gil. Andares clásicos en el palio de Madre de Dios de la Palma, perfectamente comandado por Antonio Santiago y su gente.

En la cofradía romántica por excelencia, las Siete Palabras, el amigo Rafael Jiménez Sampedro encarnaba a la perfección que es lucir un hábito de nazareno, siendo consciente de qué significan cada uno de los elementos que lo conforman. Otro amigo, José Manuel Suárez, debutaba como oficial de junta de gobierno, aunque ocupaba el cargo que más le gusta de la cofradía, fiscal de música tras el misterio. Buen andar del misterio de las Siete Palabras, donde destacaba la soberbia restauración realizada por Pedro Manzano a la imagen del Señor. Al paso del Nazareno y al palio, pese a los años, les sigue faltando algo, porque no terminan de cuajar.

Y llegó la Reina de la noche, la Virgen de Regla. Maravilloso el andar de esta cuadrilla comandada por Pepe Monge y Paco Losa que tuvieron que construir desde cero y sin apenas mimbres. A ello, unido al buen hacer de sus dos contraguías, Mejías y Fajardo, hicieron que su paso por Campana fuese para recordar. Se nota en esta cuadrilla que el próximo septiembre la Virgen de Regla será coronada, pues había ganas de hacerlo bien.

Viendo el andar del palio de la Virgen de Regla uno se pregunta porqué la Hermandad no confío en este mismo grupo el martillo del paso del Señor antes de recurrir a Juanmita López. Los andares con muchos cambios no son sinónimo de hacerlo bien y se notó en la Campana cierto hastío en ello. Y es que la ecuación no falla, en dos compases de música no caben tres cambios. Y todo pese a llevar peonazos de la categoría de Juli, Antoñito Caro, Jesús Corpas o Chagi. La Banda de las Cigarreras, como el Martes Santo, para olvidar. Horrorosas las marchas nuevas, ellos sabrán porque.

Antes de retirarme a casa fui al encuentro, de nuevo, de las Siete Palabras por el Andén del Ayuntamiento y de los Panaderos por Álvarez Quintero, para poder corroborar todo lo ya relatado.

Un buen Miércoles Santo en general y para recordar en muchos aspectos.

(Fotos by El Correo de Andalucía & Arte Sacro)