D. Antonio Castillo Lastrucci
Nunca apreciado como un escultor de su valía se merece, el pasado jueves mi Cristo de la Bofetá, Jesús ante Anás, cumplió 87 años. Cada año que pasa capta más devotos. Su mirada, que tanto transmite, hace el resto.
Parece que fue ayer cuando un grupo de locos entusiastas encargaban al desconocido escultor, -para el mundo cofrade-, Antonio Castillo Lastrucci, la ejecución de su nuevo misterio. Corría el año 1922. En poco más de cinco meses fue capaz de crearlo, dotándolo de una movilidad y teatralidad nunca vistas y de la que hasta la fecha todos comen y han comido, sin que ninguno reconozca abiertamente su magisterio. Romanos, judíos deformes con cara de malasaña, faroles, pebeteros humeantes, tronos, lobas capitolinas y águilas imperiales, esclavos y niños son algunas de las galerías de personajes secundarios que fue componiendo Castillo Lastrucci.
Su escaso bagaje como imaginero, que no como escultor, pues fue uno de los que más participó en la decoración de la Exposición de 1929, se limitaba a alguna obra menor, como unos ángeles que iban situados en los antiguos candelabros de cola del palio de la Amargura. Pero sin duda la Bofetá fue su gran reto y su gran triunfo. Como Espartaco, en aquella mítica corrida de Feria, se lo jugó todo a una carta, y salió triunfador.
Cuentan las crónicas el inusitado revuelo que se había formado en el entorno de la Plaza de San Román para ver el nuevo misterio, y la sorpresa y admiración de todos los asistentes al ver salir el imponente barco por la ojiva de San Román. En ese preciso momento, triunfó Castillo, y la Hermandad pasó a conocerse como "La Bofetá" (a muchas honra. Lo siento por los "dulcistas")
Aquel Cristo altivo, henchido, con los ojos vidriosos color miel, que retienen unas lágrimas que están a punto de brotar, soporta estoicamente una bofetá ya recibida. Lo certifican su pómulo hinchado y su cabeza levemente girada en la dirección de la mano abierta que blandea Malco.
Sabía el bueno de Castillo Lastrucci lo que se hacía. Quería demostrar al mundo que era más escultor que imaginero, pero que conocía perfectamente ambos mundos. Y así, homenajeará a la escultura egipcia con esta imagen, por eso lo presenta con la mirada un poco perdida, muy frontal, con el pie izquierdo ligeramente adelantado, casi con intención de caminar, la anatomía muy esquematizada y los brazos paralelos al propio cuerpo.
Ochenta y seis años ya, te contemplan, para quererte, para alabarte, para demostrar al mundo cuan injusta fue la afrenta que sufriste. "Si he hecho algo mal, muéstrame en qué, pero si no, ¿por qué me hieres?". La ira en ese momento se apoderó de Anás y de todos los presentes. ¿Se puede decir más con menos palabras?, ¡qué mejor forma de rebatir al que abusa, desde su condición, de otro!
Quedan para el recuerdo la anécdota vivida por aquel grupo de hermanos que, una noche antes de su bendición, transportaban al Señor en una parihuelas improvisadas, cubierto con una humilde sábana. Al llegar a la Plaza de San Juan de la Palma una señora inquirió qué llevaban oculto tras esa sábana. "Un Cristo nuevo, señora" fue la respuesta dada. Al ruego de la misma, lo pararon, le descubrieron el rostro y a la luz de un humilde farol que iluminaba la plaza se le rezó el primer "Padrenuestro". Seguramente, desde ese instante, aquella señora se convertiría en su primera devota.
Y una última curiosidad. A los escultores les gusta retratarse en sus obras. Castillo en sus Cristos copia sus propias manos, como podemos apreciar en las de Jesús ante Anás.
Gracias, D. Antonio Castillo Lastrucci, por regalarme este Cristo, mi Cristo del Martes Santo.
Enserio tio, da una conferencia en tu hermandad porque todas estas cosas gustan saberlas, y más a los hermanos "bofeteros".
ResponderEliminarPor cierto, en solo 5 meses esculpió el misterio entero??
Pues sí amigo, pues si. En cuanto a la conferencia en mi hermandad de la Bofetá, lo dudo mucho. Siempre me he sentido infravalorado en ella y a la vista está, que ponen a un perito agrícola de prioste, cuando se perfectamente que el patrimonio no se está cuidando bien.
ResponderEliminarY si te digo la verdad, tal como están las cosas, no me hace ninguna ilusión. Prefiero quedarme con la experiencia vivida en la Macarena o en el Cachorro.
En la Bofetá hay mucho "enterao" que va de historiador....... y a lo mejor no tienen ni el título de bachiller........
Cómo te fué la conferencia en el cachorro??
ResponderEliminarSe suspendió hasta nueva fecha porque ese día caía en Sevilla la mundial, en previsión de que no acudiría nadie, como así pasó con la misa previa.
ResponderEliminarUn saludo