martes, 23 de febrero de 2010

LA VIRGEN DEL DULCE NOMBRE Y LA MEDALLA DE CARRERO BLANCO

Cartel de la Tertulia Cofrade "Al Cuadril" (2010)

Ahí la tienen, bella y radiante como sólo Ella es, plasmada magistralmente por José Javier Comas Rodríguez para el cartel de la Tertulia Cofrade "Al Cuadril" (2010), en una instantánea captada el pasado Martes Santo, en la que podemos observar que el único aderezo de su pecherín es la medalla de Carrero Blanco.

No son muchas las alhajas que tiene en su ajuar la Virgen del Dulce: el escudo de oro de "colegiada de honor" del Colegio Oficial de Graduados Sociales, del que es su Patrona; un alfiler de oro con su nombre, "Dulce Nombre"; el escudo de oro de la Comunidad de Madres Mercedarias de la Asunción; la cruz pectoral del Cardenal Dr. D. Alfonso López Trujillo, Nuncio de S.S. el Papa, y la medalla de oro de Carrero Blanco.

Todos sabemos quien fue el Almirante Carrero Blanco, Presidente del Gobierno en los años blandos del final de la dictadura, salvajemente asesinado por la ETA el 20 de diciembre de 1973. En el referido año de 1973 le fue concedida, a título póstumo, la medalla de oro y diamantes de la Provincia de Sevilla, máxima distinción que concede la Excelentísima Diputación Provincial de Sevilla, siendo donada a la Virgen del Dulce Nombre por su hija, Carmen Carrero, en 1990.

Sin embargo parece que para algunos exiten víctimas de atentados terroristas de primera y de segunda. No es lo mismo que el asesinado sea Fernando Buesa, "reconocido político socialista", que Muñoz Cariñanos, que a fin de cuentas "solo era militar", o Jiménez Becerril, que solo "era un facha de derechas con acta de concejal".

Esta misma sensación de injusticia me invade ahora con la última decisión del Ayuntamiento de la ciudad de Sevilla, cada vez menos excelentísimo. Bajo la falsa consigna de la aplicación de la Ley de la Memoria Histórica (¿o era histérica?) se borrará del nomenclátor de las calles de la ciudad la Avd. Presidente Carrero Blanco, para dedicársela a Adolfo Suárez. "Desvestir a un santo para vestir a otro" se llama eso.

Ambos políticos se merecen una calle en nuestra ciudad. Carrero Blanco por haber sido salvajemente asesinado por ETA, cuando su único crimen era ser Presidente del Gobierno en la última etapa de una dictadura que languidecía. Adolfo Suárez por ser el Presidente del Gobierno que aprobó la Constitución Española y logró una transición política pacífica, con la implicación de todos los partidos políticos.

Aquel espíritu de reconciliación y concordia parece que ahora, treinta y tantos años después, se ha olvidado y los rencores vuelven a aparecer. A esto nos está llevando el gobierno del progreso (PSOE & IU) en nuestra ciudad. Se le quita una calle a una víctima de la ETA o a uno de los héroes de la Guerra de África, para ponerle otra a una actriz que pasaba por aquí o a la madre de uno que fuma en pipa porque fue la primera mujer alcaldesa, eso si, de la República.

Me pregunto si ahora, en aplicación de la dichosa ley de marras, nos prohibirán que la Virgen del Dulce Nombre vuelva a lucir, orgullosa en su pecho, la medalla que toda la provincia de Sevilla le regaló a la familia de Carrero Blanco como homenaje póstumo a su vil asesinato.

Esto si que ha sido una "bofetá injusta" de las que dá la vida.

(Foto by Tertulia Cofrade "Al Cuadril")

2 comentarios:

  1. Al escuchar esa palabra,
    así, en la tormenta
    cerrada y extrema,
    en el devenir doliente
    con todo el estertor,
    de lo punzante
    en la agonía,
    he vuelto mi corazón
    a la quietud de luz
    que me trae Tu Nombre ,
    llenando mi vida
    del Ser de Tu Dulzura.

    ResponderEliminar