domingo, 31 de enero de 2010

LA PRIMERA DEL AÑO



Durante 14 años ha sido la carta más esperada en mi buzón después del día de Reyes. Era como el regalo último que culminaba un día perfecto y familiar. Hoy he vuelto a asistir a la igualá del misterio de Jesús ante Anás, de mi Bofetá de mi alma, del que por unos días soñé que era su prioste.

Con la gente consabida, y tras los pertinente besos, abrazos y saludos a los compañeros, asistimos al ritual de la igualá, más cansino que otros años, que se ha prolongado por espacio de cinco horas.

Algunos huecos había, creo que cinco o seis, que han sido convenientemente cubiertos. Con la entrega de la tarjeta con las fechas y horas de ensayo se culmina esta larga espera, que nos pondrá de cara a disfrutar, de nuevo, otro Martes Santo.

Que así sea mientras Jesús ante Anás lo quiera.

sábado, 30 de enero de 2010

jueves, 28 de enero de 2010

LA VIRGEN DE JOSÉ MIGUEL PÉREZ







El pasado martes, tan sencilla como partió, era presentada a los medios la ilustre paciente, tras su proceso de restauración. En el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico la Virgen de la Estrella, luz y faro de Sevilla, volvía a enfundarse en su capa y hábito blanco. Quizás nadie en ese momento recordase que el hoy IAPH, -una de las instituciones de restauración y conservación más prestigiosas a nivel internacional-, fue en su día Monasterio de religiosos cartujos cuyo hábito, de tergal y blanca pureza, también cubrían con una capucha. No hablaban, solo rezaban en silencio y trabajaban la huerta que hoy son los jardines colindantes, en los que un día plantara Cristóbal Colón el primer ejemplar de zapote traído de América.

En la iglesia de aquel monasterio tuvo su primera morada eterna el Almirante de Indias y su hijo Hernando, aquel que legase toda su biblioteca para fundar de unas instituciones de más prestigio, la Institución Colombina. Dicen de aquella iglesia que su testero estaba presidido por el monumental cuadro de La Virgen de las Cuevas, obra de Francisco de Zurbarán. Si por algo sorprendía Zurbarán es por su capacidad para plasmar los blancos en sus obras, ya fuese un encaje, ya fuese un mantel, ya fuese una jofaina, ya fuese la pura inocencia. Lo que nunca imaginó Zurbarán es que el martes su cuadro se convirtiese en realidad. Nunca estuvo una imagen más bella en su extrema sencillez. Nunca la Estrella fue más que nunca Santa María de la Cuevas.

Pero, por avatares históricos, aquel cenobio cartujo sería expropiado tras la desamortización de un gran "amigo" de la Iglesia, Mendizábal, en 1836 pasando a instalarse en el histórico edificio una fábrica de loza que con los años alcanzaría fama mundial bajo la marca de "La Cartuja". Tampoco pensó nunca Charles Pickman, cuando instaló allí su fábrica en 1841, que su mejor obra jamás saldría de sus manos, sino de las de María Teresa Real Palma, la restauradora de la Estrella, que le ha devuelto a su rostro y a sus manos la blancura nacarada que un día perdieron por culpa de un tal Peláez del Espino, que se decía llamar restaurador. Hoy su rostro brilla con la blancura cristalina de un perfil de porcelana, que se alegra solo con la suavidad de los frescores que iluminan su expresión de madre dolorosa amantísima.

Recuperamos a la Estrella tal como se fue, hermosa, cercana, contrita, dolida en su dolor, pues en sus meses de ausencia algunas cosas han cambiado. Le han estrechado su calle San Jacinto y la tierra sucumbió bajo sus pies, creando una fisura grande en Haití.

Ayer, sencilla, sin algaradas, se presentaba para pedir por los suyos, por sus niños haitianos de la guardería del cielo, para que entre todos cerremos ese herida que supura. Por eso, ahora más que nunca, exclamaremos, henchidos de dolor y de gozo: Madre de la Estrella, Señora de la Cartuja, ¡ruega por nosotros!

(Fotos by Pasion en Sevilla)

martes, 26 de enero de 2010

A MI AMIGO FERNANDO

Mi buen amigo Fernando González, -tercero por la izquierda en la segunda fila-, poco antes de hacer un relevo en el misterio de la Amargura. Delate de él, otro incondicional del Herodes, Mariano García Montes.

Quiero dedicarle este sencilla entrada a mi gran amigo Fernando González Rodríguez que este año, por imponderables de la vida, no podrá salir de costalero. Unos problemas en la musculatura de la espalda así se lo impiden.

Costalero atípico donde los haya, a él le valía con sacar a su Cristo del Silencio, en la Hermandad de su infancia, la Amargura, aunque este sueño se truncase el año pasado por la sinrazón de algunos. Quizás esta fotografía sea su última imagen como costalero del Herodes, justo antes de realizar un relevo en las inmediaciones de la calle Trajano.

Ahora que todos sus amigos vamos recibiendo las cartas que nos convocan para ésta o aquella igualá, mi amigo Fernando se limitará en acompañarnos en los ensayos, y a sentir sana envidia en nuestro disfrute.

Mejórate amigo, mucho ánimo, y el año que viene, si Dios lo quiere, nos volveremos a ver debajo de los pasos.

(Foto by Fran Narbona)

domingo, 24 de enero de 2010

CON LA VIRGEN DEL ROSARIO DE LINARES

Portando las andas de la Virgen del Rosario, junto con mi padre y mi buen amigo Álvaro Muñoz.


Una de las tradiciones y cultos más bonitos, de cuantos organiza la Hermandad del Rosario de Linares, es el Rosario de la Aurora que, desde la Parroquia de San Agustín, recorre las calles de la ciudad en la mañana del último domingo de octubre.

Las fotos que os muestro hoy, a parte de entrañables, se han convertido también en históricas. Entrañables porque en una de ellas, el que me acompaña portando las andas de la bella Dolorosa, Madre y Señora de Linares, es mi padre, gracias al cual, a boca llena, puedo decir hoy en día que soy cofrade. E históricas porque en la otra aparece una persona, que ya no está con nosotros, pero que marcó sin duda a muchos de sus hermanos, me refiero a "nuestro capitán", capataz del misterio y hermano mayor, Andrés Caparros Cruz.

Sirva esta sincera entrada de sentido homenaje a su legado, el amor a su Virgen y el cariño hacia sus costaleros (incluso a los de "adopción"). Gracias Jaime por regalarme estas fotos que no conocía.

(Fotos by Jaime Galán Rueda)

miércoles, 20 de enero de 2010

MIS CAPATACES (I): JAVIER FAL-CONDE MACÍAS

Retrato de Javier Fal-Conde Macías,- dibujo a plumilla realizado por Calderón-, en la entrevista publicada en ABC de Sevilla en 1991.

Con la cuadrilla del Stmo. Cristo del Calvario; año 1991

Con la cuadrilla de Ntra. Sra. de la Presentación del Calvario, junto a sus auxiliares, entre los que se encontraban otros capataces, como José Miguel Hidalgo, Pemi, y José Vázquez Ceballos

Mi querida Virgen de Villaviciosa y su paso del Duelo,
donde debuté como costalero, de la mano de Javier Fal-Conde.

Recuerdo una anécdota vivida en una mañana gloriosa de Corpus en Sevilla. Siendo un niño, mi tío Fernando Vega, entonces Hermano Mayor de la Hermandad de La Cena, me lanzaba una pregunta, quizás inocente, que él no supo la trascendencia que desde aquel día tuvo para mí. La pregunta fue: ¿Y tú nunca te has planteado ser COSTALERO?

Aquella pregunta abrió ante mis ojos un mundo que me era completamente desconocido. Como cofrade vinculado desde chico a sus hermandades, me habían educado en la Semana Santa rancia, aquella que pasaba por denostar cualquier puesto de los que se consideraban pagados, porque éstos acarreaban fuertes desembolsos en la mayordomías de las hermandades. Puestos como sacar el simpecado, o salir de costalero, encendedor del paso, músico o el acólito estaban, simplemente, mal vistos. A ello debemos unirle que mi tío Guillermo Orellana había sido miembro fundador de las cuadrillas de Los Estudiantes y La Sentencia que, -tras muchos años de dura batalla, cuando salir de costalero era algo más que una odisea-, se retiraba por culpa de una lesión de espalda. Este hecho no hizo más que ayudar a que el tema costal se convirtiese en un tabú. Y ya se sabe lo que pasa con los críos, no hay nada como prohibirles algo, para que lo asuman con más ganas.

Desde aquella pregunta de mi tío Fernando, empecé a fijarme por saber que era lo que pasaba bajo los míticos faldones y a interesarme por todo lo vinculado con este mundo. Con 14 años me compraba mi primer costalito y mi primera morcilla en "Nueva Ciudad" -otro comercio histórico del centro que también sucumbió- y empecé a sacar algunos pasitos (la Cruz de mayo del Cristo de la Corona, la Cruz de mayo que desde el colegio de las Salesianas de San Vicente sacaban mis amigos Julio Jiménez, "Bocata", y Sergio Mauriño, etc.), pero con 18 el cuerpo ya te iba pidiendo dar el gran salto.

El año que cumplía 18, (no los hago hasta el mes de agosto), me presenté a la igualá de la Hermandad del Santo Entierro, acompañado por mi buen amigo David Ruíz. Ambos, compañeros de fechorías en la Escuela Francesa y en la entonces Asociación Parroquial del Cristo de la Corona, sonsacamos a Pedro Ordóñez, a la sazón mayordomo de bienes de la Sacramental del Sagrario y miembro de junta del Santo Entierro, para que nos avisase de la igualá.

En la iglesia de San Gregorio tuve la suerte de conocer a Javier Fal Conde, el capataz que me dio la primera oportunidad de sacar un paso en Semana Santa. Llegada la igualá, los costaleros nos distribuimos por el templo, repartidos equitativamente entre miembros de la cuadrilla y aspirantes. Eran quince o veinte los huecos a cubrir, algo impensable hoy en día. Javier Fal Conde tomó la palabra para decirnos que todos íbamos a entrar, y nos hacía un ruego: "Ésta Hermandad es muy humilde, aquí viene mucha gente a sacarla de costalero y cuando aprende la deja. Son nada más que cuatro horas, lo único que os pido es que os acordéis donde habéis empezado y quien fue el capataz que os dio esa primera oportunidad". Aquellas palabras se me quedaron grabadas a fuego y me prometí que, mientras tuviera fuerzas, sacaría a la querida Hermandad del Santo Entierro. Desgraciadamente solo pude cumplir mi promesa cuatro años, pues con posterioridad para cada paso fue designado un capataz distinto, prescindiendo de los que ya estábamos allí.

Javier Fal-Conde Macías

Hijo de D. Manuel Fal Conde, el gran valedor del tradicionalismo carlista en Sevilla, como recoge magistralmente Antonio Burgos en uno de sus artículos, se inició en el mundo del costal con su hermano Alfonso Carlos, en tiempos de Rafaelito Salvatella.

Aprendió el oficio de capataz de uno de los grande, Rafael Franco, del que heredó su seriedad, su armonía y su señorío a la hora de mandar los pasos. De hecho, Javier, fue uno de los causantes de que el callejón que hay cerca de la Campana, donde está el Bar Tino, fuese rotulado con el nombre de dicho capataz.

Capataz de corte clásico, fue, entre otros, responsable del paso de Cristo del Calvario, del palio de las Tristezas de Vera-Cruz, de los tres pasos -Canina, Urna y Duelo- del Santo Entierro y de la custodia de la Sacramental de la Magdalena. Siempre lo recordaré impecablemente vestido de chaqué, ya fuese por la Magdalena o por San Gregorio.

Aparejador de profesión, casado y padre de dos hijos, pertenecía a las Hermandades del Calvario, la Vera-Cruz, la Bofetá, el Santo Entierro y la Sacramental de la Magdalena.

La última vez que tuve la suerte de verlo con vida fue el día en que recibía en mi hermandad de la Bofetá la medalla de los 25 años de pertenencia a la misma. Muy mermado ya físicamente, fue a recogerla, acompañado de su familia, escrupulosamente vestido de traje de chaqueta. A pesar de los años transcurridos, aún recordaba mi cara, y me saludó con el cariño con el que siempre nos trató a los que tuvimos la suerte de ser sus costaleros.

Fallecía la tarde del 13 de abril, en plena Feria, del año 2005, junto a la torre del Oro, víctima de un infarto. Se iba de esta forma, casi sin hacer ruido, el que fue mi primer capataz, con el que tuve la suerte de trabajar dos años, -uno en el Duelo, el otro en la Canina-, y del que jamás olvidaré su trato para conmigo y sus hechuras de buena persona.

(Algunos datos de este texto están tomados de un artículo de Antonio Burgos de 19 de abril de 2005. Foto by Pilar Prados Gómez y Hemeroteca de ABC de Sevilla)

lunes, 18 de enero de 2010

MACARENOS DEL SOL

Ahí tienen ustedes a la sección macarena de la cuadrilla del Señor de la Misericordia, Varón de Dolores, de la querida Hermandad del Sol, del barrio del Plantinar, en la primera toma de contacto que tuvimos el pasado mes de diciembre. En la misma aparecen ilustres peones del Señor de la Sentencia como el tito Guerrero o Luis Mi Fajardo, este último, causa de que tantos macarenos hayamos integrado la maravillosa cuadrilla del Sol.

De izquierda a derecha y de arriba a abajo, los macarenos presentes son: Chema, Jesús Corpas, Alberto, Manuel Arrebola, Luis Miguel Sánchez Fajardo, Jorge Castaño, servidor de ustedes, Ángel Hermógenes Fernández y Cabra. Agachados encontramos el Manuel Guerrero y Pepito Gómez.

Arte y sabiduría macarena por las calles del Plantinar.

(Foto by José Manuel Palomo Rodríguez)

sábado, 16 de enero de 2010

DOS OBRAS DE LUIS RIZO PARA LA HERMANDAD DE LA MACARENA

Portada del disco, editado por la casa Pasarela, de la BB. y CC. de la Centuria Romana Macarena

Cartel de primera edición de las Fiestas del Rosario (2003)

Repasando la biografía de Luis Rizo Haro, autor del cartel de la Semana Santa de Sevilla 2010 que edita el Consejo General de Hermandades y Cofradías, me he encontrado que dicho pintor ejecutó dos obras para mi Hermandad de la Macarena.

La primera de ella, y quizás la menos conocida, es la portada del disco que la casa Pasarela editó en 1995 de la Banda de Cornetas y Tambores de la Centuria Romana Macarena. La idea, que partió de su entonces productor discográfico, José Ramón Muñoz Berros, presenta sobre un fondo amarillo albero a dos armaos flanqueando el Arco de la Macarena en el que se observa el paso de palio de la Reina y Señora de San Gil, situando en primer plano la cabeza del Señor de la Sentencia.

El segundo, y de momento último trabajo, fue el primer cartel de las Fiestas del Rosario que hace unos años recuperó mi Hermandad. En el mismo aparece la Virgen del Rosario sobrevolando el cielo de Sevilla, enmarcada por el ya referido Arco Macareno, flanqueada por un trozo de la muralla y la Torre de los Perdigones -lugar donde se celebran las mencionadas fiestas-, situándose a los pies a los pies de la Virgen el escudo de la Hermandad de la Macarena.

Sirva esta entrada para conocer, un poco mejor, la obra de Luis Rizo para las hermandades de Sevilla.

(Fotos by Hermandad de la Macarena y Archivo Rafa Ríos)

jueves, 14 de enero de 2010

LA VIRGEN DE ANTONIO BEJARANO






Ayer se repuso al culto la Virgen de los Dolores, titular de la Hermandad de los Servitas, que junto con el Cristo de la Providencia, ambos obra de José de Montes de Oca, conforman el maravillo conjunto de la Piedad que cada Sábado Santo es procesionado desde su capilla propia, en la calle Siete Dolores.

Desde pequeño esta imagen me impactó por su extraordinaria belleza, por su dolor no contenido al contemplar sobre su regazo al Hijo muerto, por su gran fuerza y expresividad. Con el tiempo, cuando vas amando el arte y aprendiendo a estudiarlo, comprendes mucho mejor toda la carga emotiva que reune ese rostro, su extraordinario modelado, su policromía anacarada solo iluminada con algunos frescores, sus dedos largos y angulosos, sus perfectas facciones. Me llamó poderosamente la atención el hoyuelo de su barbilla, que desde entonces consideré sinónimo de belleza.

Por eso, cuando acudía a su besamanos, me quedaba impactado, no sabía si besar su mano o consolarla en su dolor, o darle un largo abrazo y susurrarle al oído: "no sufras más, Madre mía, que en unas horas habrá resucitado".

Es verla y mi mente me traslada a las tardes del Sábado Santo, a la estrechez de Doña María Coronel, de marchas fúnebres, de perfectas rosas rojas en su perfecto paso, de sus faroles triangulares, de la sábana al viento, de la huella innegable de Antonio Dubé y la constatación de que José de Montes de Oca es mucho más escultor de lo que algunos piensan.

Pero ahora, además, se une el hecho de que la Virgen de los Servitas, con esto queda ya todo dicho, es la gran devoción de mi gran amigo, de mi compañero en la ondas de Sevilla F.C. Radio, Antonio Bejarano. Si uno se alegra cuando un familiar cercano se recupera de una dolencia, quizás lo que mejor podamos decir es que la Virgen de los Dolores ha vuelto tal como se fue, curada, resanada, sin churretes, pero sin perder ni un solo ápice de su extraordinaria belleza.

(Fotos by Pasion TV)

martes, 12 de enero de 2010

LA BELLEZA DE LINARES


Que con la ciudad de Linares cada vez hay más cosas que me unen es algo incuestionable, como muchos de los visitantes de este blog ya sabrán o conocerán. Desgraciadamente fue una ciudad con un casco histórico precioso que las diferentes administraciones se han encargado de ir destruyendo. Sin embargo, aún quedan algunas sorpresas, como es ésta instantánea de gran belleza, captada genialmente por la cámara de Norberto Prados Salas, en la que podemos apreciar el paseo de la Virgen de Linarejos completamente nevado.

La belleza de la fotografía la hace parecer una postal.

(Foto by Norberto Prados Salas)

lunes, 11 de enero de 2010

PRESENTADO EL CARTEL DE LA SEMANA SANTA DE SEVILLA 2010

Cartel de la Semana Santa de Sevilla 2010

D. Luis Rizo Haro, autor del Cartel de la Semana Santa de Sevilla 2010

Cartel V Centenario Hermandad de la Trinidad (2007)

Cartel Centenario Primera Salida Procesional Hermandad del Baratillo (2005)

Cartel L Aniversario de la Coronación Canónica de María Auxiliadora (2004)

Paño de la Verónica, Hermandad de Montserrat (2002)

El pasado sábado día 9 de enero se procedió en el Palacio de Yanduri, ubicado junto a la actual sede del Consejo en la calle San Gregorio, a la presentación del cartel de la Semana Santa 2010 que edita anualmente el Consejo General de Hermandades y Cofradías de Sevilla.

El mismo, consistente en un óleo sobre lienzo de 116 x 89 cm., es obra del pintor Luis Rizo Haro, el cual no ha dejado indiferente a nadie, tanto a simpatizantes como a detractores. El propio autor se había declarado ya como "cofrade rancio", luego el resultado no debía de resultar extraño al mundo cofrade. En el mismo son claras las referencias a sus dos hermandades, el Baratillo y la Vera-Cruz.

El cartel está planteado como una especia de tramoya o gran telón -sugerido a través de un gran cortinaje de damasco rojo- que sería la propia ciudad de Sevilla, en el que sobresale el palio de la Virgen de la Caridad en su Soledad, titular de la corporación baratillera, el cual es plasmado cruzando el Arco del Postigo, siendo flanqueado por una nazareno del Baratillo portando una bocina y un armao. Sobre dicha tramoya se sitúa el Lignum Crucis al que rinde culto la Hermandad de la Vera-Cruz escoltado por sendos ángeles de la canastilla del paso de la Piedad del Baratillo, por cierto éstos, obra de Luis Álvarez Duarte.

Entre la bulla que rodea al paso de palio se puede apreciar la figura del capataz Rafael Díaz-Palacios, que el pasado 2009 se retiró de los martillos, mientras que intuimos en las facciones del armao las del actual Teniente del glorioso cuerpo de la escolta macarena, Fernando Vaz Calderón.

Por último es muy variada la simbología contenida en el mismo, como las cruces de Jerusalén y Santiago y San Juan, un mitra, el escudo Real, un ancla marinera, la corona de espinas atravesada por una caña -quizás en homenaje a su mentor, Francisco Maireles, gran devoto de Jesús con la Cruz al Hombro y miembro de la Hermandad del Valle-, el escudo mercedario o un capelo cardenalicio.


Luis Rizo Haro

Nacido en Sevilla el 11 de noviembre de 1957, se formó como pintor en la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de Sevilla, ubicada en el Pabellón de Chile, entre 1978 a 1982, siguiendo los consejos de Francisco Maireles, estudios que compaginó con su trabajo en la Fundación Caja San Fernando de Sevilla (actual Cajasol), a la que sigue ligado.

En el ámbito cofrade podemos citar su pertenencia a las Hermandades del Baratillo y la Vera-Cruz, donde ha sido costalero de ambos pasos de Cristo, además de oficial de la junta de gobierno de la primera de las corporaciones citadas.

Entre sus obras realizadas para Sevilla podemos citar el paño de la Verónica de la Hermandad de Montserrat (2002), así como los carteles para las Fiestas del Rosario de la Hermandad de la Macarena (2003), L Aniversario de la Coronación Canónica de María Auxiliadora (2004), Centenario de la Primera Salida Procesional de la Hermandad del Baratillo (2005) y del V Centenario de la Hermandad de la Trinidad (2007), o un cuadro de Santa Ángela de la Cruz para la capilla de la Hermandad del Rocío de Sevilla-Macarena en la parroquia de San Gil.


(Fotos by Arte Sacro, Juventud Baratillera, Hermandad de Montserrat, Archicofradía de María Auxiliador, Hermandad de la Trinidad)

sábado, 9 de enero de 2010

MADERA TIERNA


Como refiere Víctor García Rayo, "una vez un sevillano, tras un largo rato contemplando el Niño Jesús de su ciudad de barro susurró:

"Por más que te miro, Niño,
por más que te quiero ver,
te pongo la cruz al hombro
y veo en Ti al Gran Poder"

(Texto Víctor García Rayo en la revista Pasión en Sevilla)

viernes, 8 de enero de 2010

MI ETERNA CARTA A LOS REYES MAGOS




Queridos Reyes Magos:

Ya conocéis de sobra quien soy, a vosotros que sois magos no puedo engañaros. No se si si me habré portado del todo bien o no, no está en mi mano decidirlo. Poco a casi nada quiero pediros, y menos tal como está el patio este año con la crisis.

Salud y trabajo para todos los que la ansían; que aquellos que perdieron la Fe la encuentren de nuevo junto a Jesús del Gran Poder que por enero está de Quinario. Cuidad y velad a mi familia, mis padres, mi hermano Pepo, y Pilar.

Poco me importa lo que me traigáis, con ello me daré por satisfecho, pues se que hay muchos que tienen menos que yo, y aún así sonríen a la vida. Pero, si pudiese ser, -os pido lo mismo desde hace doce años-, si lo tenéis a bien, ojalá que quede algún hueco libre bajo mi Cristo de la Sentencia y pueda cumplir mi sueño de ser su costalero.

Solo con eso, me daría por pagado para el resto de mi vida. En vuestras manos lo dejo. Con sincero afecto, de alguien que sigue creyendo ciegamente en vosotros:
Rafael J. Ríos Delgado.

Pd: Como es costumbre en esta casa, os dejaremos preparada agua para los camellos y un pequeño ágape para vuesas mercedes sobre la mesa del salón. Gracias.

jueves, 7 de enero de 2010

EL DÍA 5 DE ENERO Y LA CABALGATA DE SEVILLA



Servidor, en la Cabalgata de Ateneo, del pasado día 5.

Vista genérica de los beduinos del cortejo de la Estrella de la Ilusión.

Reconozco que desde hace unos años las Navidades se han convertido para mí en unas fiestas anodinas, en las que solo haces comer en demasía y echar de menos a muchos seres queridos, -sobre todo cuando tu familia es corta y con la otra media, por diferencias, ya ni te juntas-, y cuyo único rayito de luz es la Cabalgata del día 5 de enero.

Este año, además, no han sido unas buenas Navidades en el plano personal. Las he soportado como buenamente podía, pero sin ilusión, ganas, y bastante tocado animicamente. Esperaba ansiosamente que llegase el día 5 de enero, cuando vuelves a convertirte en un niño, cuando te fascinan las mastodonticas carrozas, cuando todo te parece nuevo e ilusionante.....

Pero ha cambiado mucho la Cabalgata de mi infancia a la actual. La de mi infancia salía junto al Pabellón de Chile, las carrozas no eran ni muchos menos como ahora, todas realizadas con más buena voluntad que acierto, donde abundaba mucho el papel de plata y el celofán, y donde las personas que encarnaban a los Reyes eran personas conocidas por la inmensa mayoría. Las carrozas las tiraban mulos y había ansia por recoger los caramelos que lanzaban -que luego se reaprovechaban para salir de nazareno-. Y después, corriendo a casa de los tíos a cenar y recoger los primeros regalos de Reyes y comernos el primer trozo de rosco............que al día siguiente había más.

Hoy todo se critica, las bandas, las carrozas, el itinerario, los cortejos, la tardanza......cada vez son menos las personas que se agachan a recoger los caramelos, como no se los entregues en la mano, en la bolsa o con el manido paraguas bocarriba.

Sales con ilusión, de repartir tus caramelos y los pocos juguetes que lleves para algunos amigos. Te paras con quienes más ilusión tienen, por el que está en silla de ruedas y quizás sueñe con poder agacharse a cogerlos, con el anciano, con el niño que sonríe a todo porque sus entendederas no le dan para más............allí, en esa sonrisa, es donde seguro habitan cada 5 de enero los Reyes Magos.

Pero, por desgracia y de un tiempo a esta parte, todos los años te llevas un disgusto. El niñato de turno que, por las buenas o por las malas, intenta que le des lo que sea del zurrón. La maruja que te agita como si fueses una coctelera pidiéndote regalos. O los porretas metiéndose con los más críos........ ¿A dónde estamos llegando y llevando esta fiesta? Una fiesta que por otra parte empieza a estar descontextualizada con la multiplicación de Cabalgatas de barrios (ayer hasta 24 recorrieron las calles de Sevilla).

Y es ahí donde radica el gran error del Ateneo. Entiendo su deseo que abarcar el mayor número de calles y zonas de la ciudad, pero es materialmente imposible, sobre todo con recorridos como el de este año, saliendo de Felipe II y entrando en la Avd. Carrero Blanco, junto a la Feria, tras recorrer toda la ronda histórica y parte del centro y Triana. Hay que agradecer el esfuerzo que hace el Ateneo -que recordemos es una entidad cultural privada- por organizar todos los años la Cabalgata, en el ingente número de personas que trabajan desinteresadamente en su consecución, pero cuando no se puede no se puede.

Es absurdo pasar por barrios como los Remedios o Triana cuando al día siguiente tienen su propia Cabalgata, SUBVENCIONADA íntegramente por el Ayuntamiento, en un claro deseo de hacerle la competencia a la del Ateneo. Y con Reyes Magos de postín de sobra conocidos (este año, el torero Jose Mari Manzanares, el actor Antonio Dechen y el moranco César Cadaval). Barrios que además se encontraban en obras, con algunas zonas valladas lo que le restó público (ej. Puente de Triana).

Quizás debería el Ateneo replantearse volver a ser lo que fue, la Cabalgata del centro y la zona histórica de Sevilla. Así evitaríamos tener que correr tanto, dar tantas vueltas y hacer esperar a los sevillanos tanto tiempo (cerca de una hora en algunos sitios..), para que luego arrecien las críticas (afortunadamente no llovió).

Y una última reflexión, en Sevilla hay 4 bandas de CC. y TT. de postín (Centuria Romana, Sol, Cigarreras, Tres Caídas), tres agrupaciones musicales consagradas (Virgen de los Reyes, Redención y Encarnación de San Benito), varias bandas juveniles (infantil de la Centuria, Columna y Azotes de las Cigarreras y San Juan Evangelista de Triana), un escuadrón a caballo, (Hermandad de la Paz) así como otras bandas que están empezando (Cristo de la Humildad, Agrupación Musical Santa Cecilia, Banda de Santa Ángela de la Cruz) o que llevan ya varios años trabajando en ello (Banda de los Desamparados, Corona de Espinas, Agrupaciones de la Hdad. de los Gitanos), sin mencionar a las formaciones militares que antes participaban. Algo se estará haciendo mal desde el Ateneo cuando casi ninguna de las formaciones musicales conocidas y consagradas quieren ya tocar en la CABALGATA, con mayúsculas, de Sevilla.

(Fotos by Alberto García Acevedo&Arte Sacro y Diario de Sevilla)

domingo, 3 de enero de 2010

GRACIA RODRIGUEZ BUZÓN y EL SEÑOR DEL GRAN PODER

El Señor del Gran Poder, en la Parroquia de San Lorenzo.

Mi Niño frito.

Desde el pasado día 1 de enero el Cristo de mi abuela, el Señor del Gran Poder, ya está de Quinario. Muchos se preguntarán quién era Gracia Rodríguez Buzón. Gracia Rodríguez Buzón era una buena mujer que vino a nacer circustancialmente en Trigueros, provincia de Huelva, pero que se sintió toda su vida de Carmona.

Para muchos estos datos no tendrán la más mínima importancia, de no ser porque Gracia, Gracita como le decían sus amigas y hermanos, era la madre de mi padre y por tanto mi abuela, además de mi madrina.

Mujer afable, buena y cariñosa, siempre supo, pese a las grandes adversidades que tuvo que soportar en vida, afrontar los reveses con una sonrisa. Y es a ella a quien debo mi devoción al Señor del Gran Poder, por habérmela inculcado desde pequeño. Ella fue motor esencial en el afianzamiento de mi religiosidad popular, con sus numerosas anécdotas, como los recuerdos de las tardes y noches, ya fuera verano o invierno, rezando el rosario con su hermana Pepa. Entonces, cuando aún no había comenzado a estudiar latín, me chocaba que a cada una de las invocaciones de las letanías marianas mi abuela respondiese con un escueto "Ora pro nobis".

Si especiales son mis sentimientos en torno a mi Niño frito, más especiales son las vivencias tenidas en torno al Señor del Gran Poder. Recuerdos de mi infancia, cuando, cada vez que estábamos en vacaciones, mi abuela Gracia me llevaba a ver al Señor y a besar su talón. Un ritual que comenzaba bien temprano, cuando tras levantarnos, nos trasladábamos hasta la Basílica para asistir a misa y posteriormente desayunar, -calentitos con café con leche-, en el cercano bar "El Sardinero", que ella completaba con una aspirina disuelta en el café y con la compra de un cupón de los ciegos, quizás en recuerdo de su hermana Soledad. "Si no toca, por lo menos ayudas a una gran labor" me repetía siempre.

De sus mil anécdotas recuerdo aquella entrañable historia de como la corona de espinas del Señor semejaba un serpiente enroscada, de como Sevilla lo llamaba el Divino Leproso, de sus continuos rezos para que yo naciese bien o de su angustia cuando, tras el incendio fortuito en su templo, temió por la pérdida del Señor y como al día siguiente estaba allí la primera para cerciorarse de que todo estaba bien.

Recuerdos de aquellas estampas impresas en papel, con el Padre Nuestro que escribiese Rodríguez Buzón, que mi abuela me ensañase a rezar:

"Padre Nuestro Gran Poder
danos tu paz amorosa
y tu cruz en cada cosa
que nos quieras conceder.

El pan nuestro merecer
al filo de cada día,
el alcanzar la alegría
de tu divino consuelo,
y el ir de Sevilla al cielo,
después de nuestra agonía"

En esta perpetua dualidad de Sevilla, si hace unos días nos alegrábamos del feliz parto de la Esperanza, ahora nos sobrecogemos en torno al Señor de Sevilla. Este mismo Niño, que derrama toda su inocencia, es el mismo que derrama toda su bondad desde el altar basilical. Es ahora, cuando estamos tan cercanos a celebrar la fiesta de la Epifanía, donde encontramos la primera manifestación del Gran Poder de Dios, del Señor, al que yo aprendí a querer a través de mi abuela Gracia.

(Entrada escrita en casa de mi gran amigo Alfonso González Palau, en la madrugada del sábado, después de una noche hablando de Dios, el arte y nuestra constante búsqueda de la belleza)

(Foto by: Fototeca de la Universidad de Sevilla y Archivo R. Ríos)