jueves, 16 de diciembre de 2010

LA ESPERANZA DEL MUNDO YA PISA EL SUELO DE SEVILLA...


Porque me faltan las palabras, porque un nudo atenaza mi garganta cada vez que La veo, porque en Sus ojos están los míos, porque en Sus lágrimas están también las mías, porque en Sus manos gastadas están mis besos y los de quienes me precedieron, mi padre, mi tío Pepe, mi abuelo... Porque no quererte sí que sería una locura, pero quererte tanto puede avocar a ello. Por tantas cosas.. vuelves a bajar de tu camarín para dar Esperanza al mundo, ahora que es cuando más te necesitan. Por todas estas cosas eres Reina de Sevilla, por eso "reinas habrá, pero como Tú, ¡ninguna!".

Y ahora les dejo con un fragmento de un conocido pregón de la Semana Santa, que quizás refleje a la perfección mis sentimientos:


¿Cómo te gusta más la Macarena, sevillano?

¿Con la penunbra del último brillo de su candelería o con la primera luz de la mañana asaltando su rostro en una calleja?

Dime, ¿cómo te gusta más?

¿En la soledad de su camarín o en la multitud de su Arco?

¿Cómo te gusta más la Macarena?

¿En la suave y llorosa mecida de cualquier segundo de la Estación de Penitencia o en su víspera hebrea de una tarde de paseo?

Dime, sevillano, ¿cómo te gusta más?

¿Surcando el atronador griterío de corazones que la espera en su salida o recogiendo el caudal de lágrimas que la arropa en su vuelta?¿Cómo te gusta más la Macarena?

¿En la quietud de Sor Angela o en el arrebato del Duque?

¿En el silencio de la Catedral o al amparo de las voces de su barrio?

¿Entre el bullicio de calle Parras o en su encuentro con la Anunciación al compás melancólico de Valle?

Dime, ¿cómo te gusta más?

¿Viéndola llegar, buscándote con su mirada oyéndose de ti, mientras ves su Palio cimbrear por su trasera y te invade esa pegajosa agonía de lo ausente?


Hoy se aparece Dios en el relente

De una noche resuelta en Macarena.

Se me avivan los pulsos bruscamente

Y enloquecen a su paso por las venas

Voy contigo, Señora, hacia la calle

Esperando el milagro y el asombro

Ceñiremos Sevilla por el talle

Y a la luna, el brazo por los hombros

Tú tenme, Macarena, sin medida

Predispuesto a añorarte y a quererte

Porque una aurora entera fue vencida

Para llegar aquí, y poder verte

Y para hincar al pie de tus altares

El peso de mi fe en mis rodillas

Y esperar que en el cielo se dispare

Un repique de amor y campanillas

Que anuncie que la Madre de Sevilla

Llega a casa, feliz, amaneciendo

Tan hermosa, resuelta y tan sencilla

Que hasta el cielo en su amor se le va abriendo

Azahar por los ojos, por las manos

Siento a Dios cabalgando por mis venas

Yo no sé lo que pasa, sevillanos

Cuando miro pasar la Macarena


(Del pregón de Carlos Herrera Cruset; foto by José Javier Comas)

3 comentarios:

  1. VIVA LA MADRE DE DIOS¡¡¡ VIVA LA QUE MANDA EN SEVILLA¡¡¡

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  2. Qué hermosura Dios mío!! No te cansas de mirarla, y es que ELLA es tan bella, tan dulce, tan hermosa...
    VIVA LA ESPERANZA MACARENA!!

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  3. Me quedo con la intimidad que sientes junto a Ella.
    Aunque haya una multitud entorno a Ella, parece que estamos solas y que el tiempo se para.

    Ella es simplemente algo muy grande.

    Gracias por los momentos vividos a su lado.

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