Mostrando entradas con la etiqueta Mi Reina de Todos los Santos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Mi Reina de Todos los Santos. Mostrar todas las entradas

miércoles, 9 de noviembre de 2011

CUMPLIENDO CON "TOSANTOS"






El pasado domingo acudía, fiel a mi cita, a la procesión de la Virgen de Todos los Santos, la gran devoción letífica de mi abuelo Pepe. Por él me inscribí en esta querida Hermandad y en recuerdo suyo sigo cumpliendo con este pequeño rito cada primer domingo de noviembre. Y aunque las responsabilidades laborales me impidieron acudir más días a su novena o poder acompañarla en alguna de las dos funciones en su honor, la reciente mudanza de mi querida Pilar a su "collación" me hace ir a visitarla con más asiduidad.

Cada noviembre, mes de nacimiento de mi abuelo, parece que estar cerca de mi Reina de Todos los Santos me hiciese, en cierto modo, estar también más cerca de él. Sea como fuere, siempre es un placer acompañar a la majestuosa Reina de la Calle Feria. Verla sobre su paso, verdadero retablo andante, es un privilegio y un cita para los cofrades escogidos.

Las grandes bullas que acompañaron al paso durante todo su recorrido daban buena muestra de ello. Solo unas breves líneas para resaltar el encomiable andar del paso durante toda la noche, por calles nada fáciles como González Cuadrado, Divina Pastora, Virgen del Carmen Doloroso, San Basilio, Relator o Pasaje González Quijano. La cuadrilla que su capataz, Antonio Santiago Muñoz, ha formado para este paso es digno de ser resaltado, como las maniobras medidas, rozando la perfección, a la salida y la entrada de la ojiva de Omnium Sanctorum.

(Fotos by Arte Sacro y blog de la Hermandad de Todos los Santos)

martes, 9 de noviembre de 2010

ASÍ SE PASEA UN PASO DE GLORIA



Impresionante el andar del paso de la Reina de Todos los Santos, el más pesado de cuantos pasos de gloria se pasean por Sevilla, el pasado domingo 7 de noviembre. Al frente del mismo Antonio Manuel Santiago Muñoz, con sus auxiliares y sus peones chiquitines que lo bordan de categoría.

Quiere dedicar este vídeo especialmente a mi niña Pilar, con la que compartí uno de los momentos más impresionantes e íntimos junto a la Reina en aquel Besamanos de hace dos años. Gracias cielo, por ser como eres y compartir mis devociones.

REINA DEL BARRIO DE LA FERIA




Les traigo hoy la magnífica galería fotográfica que Pasión en Sevilla realizó el pasado domingo de la salida procesional de la Reina de Todos los Santos que, pese a las magníficas fotografías de Juan Antonio de la Bandera, quizás no plasmen con toda rotundidad la solemnidad con la que la Reina se paseó por su barrio y collación.

(Fotos by Pasion en Sevilla)

lunes, 8 de noviembre de 2010

AQUÍ EMPEZÓ TODO

Había escuchado yo viejas historias en mi casa de la pertenencia de mi abuelo Pepe a la Hermandad de la Reina de Todos los Santos, su "Tosantos", en la que fue inscrito a la par que en la Macarena siendo apenas un crío y en la que debió de volver a inscribirse cuando volvió de la incivil de Guerra Civil, al haberse perdido el cuadrante de hermanos en el incendio intencionado del templo.

Cada noviembre acudíamos a verla, quizás en memoria suya. Recuerdo un noviembre caluroso el transitar de su paso por la Alameda de Hércules acompañado de mi padre. Y, casualidades de la vida, el cierre de la Parroquia de Omnium Sanctorum para ser restaurada, permitió que durante dos años, las dos devociones de mi abuelo Pepe, su Macarena y su Tosantos, permaneciesen juntos en el mismo templo, pues desde la Basílica procesionó la Reina de Todos los Santos en 1994 y 1995.

Supongo que fue allí donde se prendió la definitiva mecha de mi amor y mi devoción hacia Ella, lo que me llevaron, hace ahora unos cuatro años, a inscribirme en su cuadrante de hermanos, con la memoria siempre presente de mi abuelo Pepe.

En estos días subiré algunas fotos de la multitudinaria procesión de ayer domingo. Como, magistralmente, la calificó el amigo Juan Parejo, es "la Macarena de las Glorias", por el fervor y la bulla que acompañan siempre a este paso.

(Foto by Hermandad de Todos los Santos)

sábado, 7 de noviembre de 2009

MI REINA


Mañana volverá a recorrer las calles de su barrio de la Feria. Es, junto con mi Virgen del Rosario y la Virgen de los Reyes, la trilogía perfecta de devociones letíficas sevillanas. Pero con mi Reina de Todos los Santos todo es distinto.

Supe de Ella porque mi abuelo, José Millán Delgado Salvador, fue inscrito en el cuadrante de hermanos al poco de nacer, lo mismo que hicieron en la Macarena. Cuando un triste mes de noviembre, de hace ya veintisiete años, él decidió subir al cielo a ocupar el palco de los justos, los hermanos de "Tosantos", como les gusta decir a ellos, le rogaron a mi familia porque el vínculo con la Reina de Todos los Santos no se perdiese. Pero, desgraciadamente, aquel ofrecimiento cayó en saco roto.

Por boca de mis padres, aprendí a conocerla y a entender el cariño y la devoción que mi abuelo le profesaba, hasta al punto de que, al regreso de la incruenta guerra incivil, volvió de nuevo a darse de alta como hermano, al haber perecido el archivo corporativo en el incendio intencionado de Omnium Sanctorum.

Recuerdos de mes de noviembre, de frío y abrigo, de cera de un cirial alojado en el bolsillo de una camisa que le cogí prestada a mi padre, de aquellas primeras fotografías realizadas en su Besamanos con la cámara que me regaló Mari Carmen o de conocer los datos de la historia corporativa a través del libro de Juan Martínez Alcalde.

Tuve también la suerte de verla visitar mi casa, cuando en aquellos años en que se procedía a la restauración de su templo procesionó desde la Basílica de la Macarena. Recuerdo con gran pena el primer año, cuando un fuerte aguacero La sorprendió por la calle Bécquer, y en el enfado de mi padre al ver como pronto afloraban los paraguas. Para él si la Virgen se mojaba, nos mojábamos todos. Así se lo inculcarón de pequeño y así nos lo ha transmitido a sus hijos. Fue ese año en el que sufrió un pequeño accidente al romperse el tirante central de la peana, causando un considerable bamboleo a la imagen de la Virgen.

Y recuerdo el gozo del segundo año, de la salida y entrada en la Basílica, tras recorrer buena parte de los barrios de la Feria y la Macarena, mientras Joaquina y Dolores repicaban con fuerza, pero sobre todo, Victoria, repicaba a gloria al tener en su casa a la Reina de Todos los Santos, la devoción de su hermano José.

Pequeños lazos sentimentales me fueron uniendo a Ella, (o tal vez, -seguro estoy de ello,- José desde el cielo se encargaba de hacer los nudos), hasta el punto de que en mi madurez, con mi primer sueldo como profesor, decidí inscribirme como hermano, para compartir el amor y la devoción por la Reina de Todos los Santos.

Desde entonces, en memoria de mi abuelo, un día de novena es aplicada por su alma. Veo en los ojos de mi madre Esperanza el brillo de mi abuelo cuando me sonreía. Y además tuve la dicha de que mi medalla de hermano me la regalase Pilar, la que está llamada a ser la mujer de mi vida.

¿Se puede pedir más? Sinceramente, no lo creo.

(Foto by Amargura y Silencio)