jueves, 19 de julio de 2012

LA "PEQUEÑA BAILARINA" DE DEGAS



Escultura original de Degas, realizada en cera patinada, telas, cabello natural y madera. Galería Nacional de Arte de Washintong. Adquirida en 1956 por Paul Mellon y Sra., siendo donados a la mencionada galería en 1985, donde ingresó para formar parte de sus fondos


Edgar Degas (1834-1917). "Pequeña bailarina de 14 años". Fundida entre 1921 y 1931, modelada en cera entre 1865 y 1881. Estatua en bronce con patina de diversas coloraciones, tutú de tul, lazo de satén rosa en el cabello, zócalo de madera. Alt. 98; Anch. 35,2; P. 24,5 cm. Peso: 31 kg. París, Museo de Orsay


Copia de la Gliptoteca de Copenhague 


Copia de la Sterling and Francine Clark Art Institute Williamstown, Massachusetts


En la entrada que hoy nos ocupa recordamos al artista parisino Edgar Degas, que nació tal día como hoy en 1834. El pintor y escultor francés dijo que "es bueno copiar lo que se ve, pero es mucho mejor pintar lo que queda en nuestra memoria después de ver algo. Se trata de una transformación en donde la imaginación y la memoria trabajan juntas".

Yo, que reconozco que me encanta la obra de Edgar Degas, quizás por mi formación en historia del arte, admito que no tengo las más repajolera idea sobre todo lo que atañe a la danza clásica o ballet. Me ha parecido siempre algo antinatural, por las posturas forzadas a las que se someten los cuerpos de los bailarines. Dicho de otro modo, soy más de Isadora Duncan que de Maya Plissetskaya. Con el paso de los años, esta primera impresión de rechazo que producía en mi la danza clásica ha ido cambiando, fundamentalmente de la mano de mi niña Pilar, apasionada de este arte, profesora además de esta disciplina quien, con suma paciencia, ha conseguido irme aficionando poco a poco a la danza.

Una copia seriada y a pequeña escala de esta magnífica obra le regalé yo a ella hace unos años, quizás porque, parafraseando a Degas, me gusta en sueños "pintar lo que queda en nuestra memoria después de ver algo" y ese algo es ella sobre el escenario, como hace escasas fechas en la gala de fin de curso de su Academia.

La preciosa "Pequeña bailarina de 14 años" fue realizada por Degas en 1881, aunque los primeros estudios son de 1865, sirviéndole de modelo la estudiante de danza de la Ópera de París, Marie van Goethem. Realizada en cera patinada, con aplicaciones telares, -como la tela de tul del tutú, del corpiño o el lazo de satén- y de pelo natural, montada sobre una peana de madera, su alma interior fue realizada con la madera de varios pinceles, no con alambres, como se pensaba.

Marie van Goethem, la modelo de la figura, era la hija de un sastre belga y una lavandera. Era común, en la escuela de la Ópera de París, la pertenencia de muchas de sus alumnas a la clase obrera. Estas bailarinas eran conocidas como "petits rats de l'opéra", literalmente, "las ratas de la ópera", presumiblemente a causa de su transitar por el escenario de la Ópera en pequeños y rápidos pasos. Pero la asociación despectiva del nombre con la suciedad y la pobreza también fue intencionada. Quizás por ello Degas recurra a este tema como un modo de denuncia social, pues muchas de estas bailarinas se veían forzadas y avocadas a admitir a "protectores", especie de padrinos de las alumnas, que donaban jugosas cantidades de dinero a la Ópera de París, que ayudaban al mantenimiento de la escuela y a la manutención de las bailarinas, creando un demoledor círculo vicioso con la excusa del arte de por medio.

A la muerte del artista fue pasada a bronce en la Fundición de Adrien Aurélien  Hébrard en París, existiendo un total de 27 copias repartidas por otros tantos museos, como el Museo de Orsay de París, la Ny Carlsberg Glyptotek de Copenhague o la Galería Nacional de Arte de Estados Unidos, donde se exhibe el modelo original.

Vaya esta entrada a la memoria de Edgar Degas y como homenaje a mi niña Pilar, por hacerme querer a la danza clásica con la misma pasión que ella le profesa.

(Fotos by Wikipedia y web de los museos referidos)

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