miércoles, 25 de abril de 2012

"LA FERIA DE SEVILLA" DE BÉCQUER (I)


Joaquín Domínguez Bécquer, más conocido por ser tío del poeta Gustavo Adolfo Bécquer, fue un excelente pintor sevillano, nacido en nuestra ciudad en 1817, falleciendo en la misma el 26 de julio, día de Santa Ana, de 1876. Fue Joaquín el primer maestro y el que inculcaría la pasión por la pintura a Valeriano, hermano del poeta romántico, además de primo del también pintor José Domínguez Bécquer, padre de Gustavo Adolfo y Valeriano.

Formado en la Escuela de Bellas Artes de Sevilla, tuvo a su cargo la restauración de las pinturas de los Reales Alcázares de Sevilla por mandato de la Reina Isabel II, razón por la cual sería reconocido con el nombramiento como "pintor honorario de cámara" y maestro de dibujo de los sobrinos de la reina, futuros Infantes de España.

Su obra, de marcado carácter costumbrista, gozó del reconocimiento entre la burguesía y la aristocracia local, aunque cultivó igualmente el retrato y la pintura de temática histórica, con desigual fortuna. Entre sus obras destacan títulos como "La Plaza de la Maestranza de Sevilla", "Vista de Sevilla desde la Cruz del Campo", "Paisaje romántico y costumbrista", "Maja y torero", "Escena andaluza", "Baile en un interior" o "Cita de Paseo".

La obra que nos ocupa, pertenece a la colección del Museo Carmen Thyssen de Málaga, estando firmada en 1867. Con unas medidas de 56,5 x 101 cm., la misma hace pareja con otra obra expuesta en la referida pinacoteca y fechada en el mismo año, "Baile en el exterior de una venta".

Junto a la Puerta Nueva o de San Fernando, situada en la esquina de dicha calle, podemos apreciar la primitiva tapia del jardín o huerta del Alcázar, antes de la cesión que se hizo de los mismos, que dieron como resultado la creación del Paseo Catalina de Ribera y de los Jardines de Murillo. Las primeras tiendas y entoldados fueron levantados junto a dicha tapia. Como gran captador de los tipos costumbristas, José Domínguez Bécquer refleja por igual las diferentes clases sociales que concurren a la fiesta, ya sea el grupo de tratantes de ganado, que aparece en primer plano, los señores burgueses y aristocráticos paseando en calesa o a caballo, o la indiscutible presencia de la buñolera.

El cuadro en cuestión narra como era la Feria de Sevilla al poco de iniciarse, en 1847, tras la iniciativa presentada al Ayuntamiento por los empresarios José M.ª Ybarra, -vasco-, y Narciso Bonaplata, -catalán-, ambos Concejales en ejercicio de dicho consistorio, para la celebración de una feria de ganado "lanar, bovino y caballar" en nuestra ciudad, que además fuese motivo de festejo popular, quedando unido desde el comienzo la celebración lúdica con el carácter empresarial de la iniciativa.

Paradójicamente, en aquella primera edición de 1847, la Feria de Sevilla duró tres días, escogiéndose para la celebración de la misma los días 19, 20 y 21 de abril, curiosamente, Lunes Santo, Martes Santo y Miércoles Santo, algo impensable en nuestros días. Esta medida se adoptó por el hecho de que Lunes y Martes Santo no salía ninguna cofradía y el Miércoles Santo era pocas las que lo hacían.

Esta primera feria fue instalada en la zona aledaña al Prado de San Sebastián, abarcando el espacio comprendido entre la antigua Puerta Nueva o de San Fernando y la Puerta de San Bernardo, situada junto a la Puerta de la Carne, ambas desaparecidas, en lo que hoy conocemos como Avd. Ménedez Pelayo. Por la descripción que hace el cronista de la ciudad, Sr. Velázquez y Sánchez, sabemos que junto a las tapias del jardín del Alcázar se situaban dos hileras de puestos para venta de juguetes, dulces y frutas, y fronteras a éstas, bordeando el arroyo del Tagarete hacia San Bernardo, los puestos de las buñoleras, bodegas y tabernas. Por último, en el Prado de San Sebastián se asentaban las máquinas giratorias de caballos y calesas, los cosmoramas y el primer antecedente del tren de la Bruja, entonces llamado "el aporreador de D. Cristóbal Pochinela".

De igual modo en las casas y zaguanes de la calle Nueva (hoy de San Fernando), se disponían roperías, joyerías, despachos de moda y artículos novedosos.

(Foto by Museo Carmen Thyssen de Málaga; datos by Museo Carmen Thyssen, Wikipedia y Feria de Sevilla)

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