lunes, 26 de marzo de 2012

DE PREGÓN... (II)


Aunque enseñe la Escritura
Que sin amor, no soy nada,
Yo también nada sería
... Sin la virtud que Tú encarnas.
La que enseña, que hay un cielo
Del hombre eterna morada
Cuando por siempre amanezca
Y no quede ya madrugada.

Y ese cielo se presiente
Con solo mirar tu cara.
Y ver tu media sonrisa
Tras el cristal de tus lágrimas.
Cinco perlas que relucen
Cinco estrellas que resbalan
Por tus mejillas de seda
Con los colores del alba.
Cinco como los luceros
Que en tu pecho se quedaran
Presos entre los encajes
Y por obra de la gracia
Hoy son flores de suspiros
con temblores de esmeralda.

Por eso, solo por eso,
Al rezarte, no hace falta
Más que pronunciar tu nombre,
Como siempre te invocaran
Tus vecinos más antiguos,
Los de Escoberos y Parras,
Los que labraron los huertos
Junto al Arco y la Muralla.
Los que pusieron tu foto
En comercios y en quincallas
De San Gil al Pumarejo
De Feria a la Resolana,
En tabernas y oficinas
o en los puestos de la Plaza.

Un nombre que suena a GLORIA
En la primera llamada
Que el capataz de tu paso
Hace cada madrugada,
Cuando vestida de sol
Sales triunfal de tu casa
Con el manto de tisú
O con el manto de malla
O tal vez, con aquel otro
Que un Mayo que ya pasara
Estrenaste en la fiesta
De tu gloria sevillana.

Un nombre que evoca al CIELO
En el compás de tus marchas
De Cebrián o Morales
De Gámez Laserna o Braña
Quien con notas repujara
Cincelando un pentagrama
Una corona de amor
Una ráfaga de gracia
Que nadie al oirla evita
Que salte de gozo el alma.

Un nombre que suena a SUEÑO
Y a repique de campanas
Y al redoble del tambor
De tu centuria romana
Que te quiere con locura
Que te protege y te guarda
Entre un brillo de corazas
Y un vuelo de plumas blancas.

Un nombre que sabe a un PUEBLO
Que puso en Tí su mirada
Para que fueras su faro
En la angustia o en la desgracia
Y también luz en sus noches
Y aurora de sus mañanas
Y consuelo de sus penas
Y el bálsamo de sus llagas
Y el agua para su sed
Y el descanso de su alma
Y también puerto bendito
Donde echar seguro el ancla
Y así arribar para siempre
En el mar de tu bonanza.
Por eso, solo por eso,
para rezarte hace falta
sólo pronunciar tu Nombre
pues no hay mejor alabanza
que implorarte con fervor
¡MI VIRGEN DE LA ESPERANZA!

(Del Pregón de la Semana Santa de 2012 de Ignacio Pérez Franco)

(Foto by Marta Rodríguez)

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