martes, 6 de diciembre de 2011

AIRES DE RENOVACIÓN EN LINARES




Quizás yo sea el menos indicado para hablar de este tema en mi blog, -porque no soy oriundo de Linares y por mis pocos años de pertenencia a la Hermandad del Prendimiento-, pero voy a hacerlo. Y voy a hacerlo por los aires frescos de renovación, como la nueva simiente, que han empezado a vislumbrarse por la Hermandad del Prendimiento.

Gente joven, unida, comprometida, con ganas de trabajar y sobradamente preparada se han hecho cargo de las riendas de la misma para intentar sacarla del atolladero, apoyados por algunos veteranos que les acompañan en esta travesía, no se si de locos, pero sí sumamente ilusionante.

Desde que me inscribí en el cuadrante de hermanos tres han sido mis "cicerones" fundamentales para poder entender y comprender la complejidad que encerraba la Hermandad del Prendimiento y Rosario: mis dos amigos, Manuel Olmedo y Agustín López, y mi novia, Pilar. De su mano he ido asimilando que era sentirse del Prendimiento, el porqué de su devoción a la Virgen del Rosario, compartiendo sus sueños y sus éxitos, sus miedos y sus fracasos, su lágrimas de júbilo, y también las de rabia.

Siempre me decían que la vara de medir, entre los hermanos, de la situación de la corporación estaba en la propia presentación de sus Sagrados Titulares, algo que entonces no entendía y que ahora comprendo perfectamente. Y cierto es que en los últimos años su exorno no ha sido el más adecuado, por la sinrazón de algunos al no querer dejarse asesorar, anteponiendo sus gustos personales por encima de cualquier criterio estético digno de elogio.

La llegada de dos nuevos equipos de priostía, encabezados respectivamente por mis hermanos, Alejandro López Marjalizo, "Chico" para todos nosotros, y Alejandro Corrales Delgado, han supuesto un revulsivo para las imágenes titulares de la corporación que nuevamente se presentan ante sus hermanos, fieles y devotos en todo su apogeo.

Pero sin duda, el mayor acierto de este joven grupo de hermanos ha sido contar como vestidor con el joven artista granadino Álvaro Abril, al que les confieso que no conocía hasta hace escasos días. Ha sabido Álvaro captar toda la belleza de la Virgen del Rosario para entre tules, encajes, brocados, terciopelos y damascos devolvérnosla como la rosa trempana inmaculista que siempre fue. Toda la mística dogmática del verbo encarnado se presenta en estos días en esos ojos amorosos de Madre Amantísima que yo desconocía y que solo recordaba en la añeja foto de Fernad que hay colgada sobre el cabecero de la cama de mi novia, o en los extraordinarios reportajes que su padre Norberto le hizo cuando la vestían el recordado Antonio Garduño o Paco Pérez.

Y casi como si de un ciclo se tratase, la historia vuelve a repetirse. Hace años la Virgen escogía a Antonio Garduño para que fuese su vestidor, hoy escoge a Álvaro Abril para que él lo sea. La emoción nos embarga a sus hermanos al contemplarla tan extraordinariamente hermosa en las fotografías que ya colapsan los portales de Internet.

Yo, que reconozco que me hice hermano del Prendimiento por el Señor y me he quedado por la Virgen, solo tengo palabras de agradecimiento. De agradecimiento hacia la Junta Gestora que está rigiendo ahora los destinos de la Hermandad, por el bello gesto que han tenido con mi querida Pilar al nombrarla Camarera de su Virgen del Rosario. En cada una de sus lágrimas, con las que me narra la emoción contenida al volver a reencontrarse en la intimidad más absoluta con la Virgen de sus amores, veo reflejado el profundo amor que siente por su Madre del Rosario, La que un día quiso el destino que conociese a través de mi amigo Agustín. Él sería el causante de terminase visitando Linares, conociendo a su Madre y poniendo en mi vida a Pilar, que si Dios quiere, está llamada a convertirse en la compañera que me ayude a caminar por el sendero de la vida.

Cuento ahora los días que faltan para volver a Linares y reencontrarme con tus bellos ojos, y disfrutar de la hermosura de Tu rostro, que hoy me parece más Inmaculado que nunca, pues necesito asirme a tus manos de Madre Dolorosa y que me ayudes a superar mis miedos y sinsabores. Solo la que probó la hiel, asida al leño cruel de un madero, puede entender estas cosas por muy mundanas que sean.

Madre y Reina de Linares, ayuda a todos tus hijos para que bajo el amparo de tu manto reconduzcamos a la Hermandad hacia la unión fraterna de todos sus hermanos, y que la difícil etapa que ha pasado quede en la historia de nuestra corporación como una mera anécdota.

(Fotos by blog de Álvaro Abril)

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