miércoles, 10 de marzo de 2010

LA MUJER MÁS TRABAJADORA



Ahí la tienen, la más trabajadora de todas, la más sencilla, la más callada, la más humilde, y sin embargo nos la quieren quitar de nuestra vida diaria. La que solo una vez alzó su voz para pedirle algo a su Hijo, y no fue para ella, sino para unos amigos. La que aguantaba estoicamente la respuestas de un Niño insolente. La que parió sola con dolor y lloró amargamente su pérdida, ¡qué parecidas eran aquellas sábanas que lo cubrían, de sus primeros pañales!

Y ahora, en este progresivo laicismo nos salen hablando de un día de la mujer trabajadora, de un día del padre (curioso que coincida con la festividad de su castisimo esposo) y de otro de la madre, de un día de los enamorados, etc. Nada de eso necesitamos, inventado por centros comerciales y grandes almacenes, que del Amor lleva Cristo hablándonos 2000 años y algunos todavía no se enteran..........

Pero volvamos a Ella, la que cuidaba de la casa, la que barría la carpintería. La que echaba un puñaíto más de arroz, a solicitud de su esposo José, para darle de comer algo al ciego Tobías, que andaba pedigüeño por las calles de Nazaret. La que cuidaba de su hijo en largas noches de desvelos, la que sufrió su pérdida por las calles de Jerusalén........... "¿Hijo donde estabas? Estaba muy preocupada........." "Ocupándome de los asuntos de mi padre" Y Ella calla, y traga, y llora en silencio, cuando de buenas ganas le habría soltado un soplamocos

"Niño, que no hay vino.....", "mujer, todavía no ha llegado mi hora", pero como toda madre buena lo defiende, "haced lo que Él os diga".........y al final hay vino de sobra....., sabría Ella del pronto de su Hijo, "no es mal Hijo, pero tiene un cuartito de hora.........."

La que rezaba en silencio, casi recriminando al altísimo tan gran carga, "¿para esto me pediste que lo trajera al mundo?" "Este Hijo mío se está metiendo en unos berengenales........."

La que presintió que algo pasaba, un puñal de dolor atravesó esa noche su corazón, despertándola súbitamente del duermevela en el que se encontraba. Él, que le había dicho que salía a cenar con unos amigos, la hora que era y el Niño sin aparecer. Algo pasa. Y tanto que pasaba, se lo decía su corazón, antes de que una vecina, María la de Cleofás, viniese a decirle que a su Niño lo habían detenido por no se que lío con la justicia. Se lo encontró en la calle de la Amargura, cubierto con una clámide, coronado de espinas, azotado, el ojo hinchado, la nariz rota. La ira y la compasión la invadían, ¿que te han hecho Hijo mío?, ¿quién a la carne de mi carne lo maltrata así? Entonces el Hijo lloró, amargamente, al saber el daño que causaba a su Madre. Fue entonces cuando tuvo claro que la querría por siempre a su lado, por eso una tarde se la llevo en cuerpo y alma al Paraíso.

Quizás alguno, todavía no se hallan enterado de quien hablo. Se llama María, Madre de Dulzura infinita y Esperanza del mundo. Tanto sabría aquel Niño insolente lo que aquí la querríamos, que le dejó una puerta abierta para que, de vez en cuando, se diese una vueltecita por Sevilla, para paladearse del cariño de los sevillanos. Y aquí empezamos a llamarla Reyes, Socorro, Amparo, Victoria, Gracia, Rosario, Angustia, Valle, Merced, Esperanza.... y a todos los nombres atendía por igual.

Y mientras algunos, sin enterarse de lo que se pierden. Mujeres trabajadoras del mundo, ya quisierais miraros en un espejo como este.

1 comentario:

  1. Precioso Rafa, los pelos como escarpias¡¡ cuando leo cosas así me siento más orgulloso de la estatura que tengo para poder ser costalero de la santísima Virgen Maria, VIVA LA MADRE DE DIOS¡¡¡ y viva los costaleros chiquinines de palio¡¡¡¡xDDD

    Gracias Rafa por otra expléndida entrada¡¡

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